"Daniel Ortega tiene que renunciar o salir del poder como sea" (Foto: Alessandro Currarino / El Comercio)
"Daniel Ortega tiene que renunciar o salir del poder como sea" (Foto: Alessandro Currarino / El Comercio)
Ana Monzón

Casi 5 meses después de que se iniciaran las protestas en , consideradas las más violentas desde la revolución sandinista de 1979, la represión sistemática ejercida por el Gobierno de ya se ha cobrado la vida de al menos 300 personas, según un demoledor informe de la ONU, y más de 500, de acuerdo las ONG que velan por los derechos humanos en ese país.

Testigos de esta convulsionada realidad, tres activistas nicaragüenses visitaron el Perú como parte de la gira latinoamericana que decidieron emprender para denunciar la violación a los derechos humanos en su país y el abuso de un gobierno que se niega a dejar el poder. Son conscientes del riesgo que corren si regresan a Nicaragua, por eso ninguna puede confirmar si lo hará. Tampoco quieren dar su paradero una vez que salgan del Perú.

Ariana McGuire, coordinadora universitaria por la Democracia y la Justicia; y Carolina Hernández, representante de un movimiento ambientalista, hablaron con El Comercio sobre la crisis en Nicaragua y sus esfuerzos para reconstruir una democracia que aseguran desconocer.

Activistas nicaragüenses hicieron una visita simbólica a la embajada de Nicaragua en Lima. (Foto: El Comercio)
Activistas nicaragüenses hicieron una visita simbólica a la embajada de Nicaragua en Lima. (Foto: El Comercio)

• ¿En qué situación está la crisis en Nicaragua? Informes de derechos humanos ya contabilizan cientos de muertos en cinco meses

Carolina Hernández: Lo que sucede en Nicaragua no es normal. Lo que está pasando desde el 18 de abril es algo que se salió de los límites [...] Daniel Ortega no acepta la cantidad de asesinatos, la represión, las torturas que está ejerciendo desde el gobierno.

Ariana McGuire: Los presos políticos no tienen acceso a un abogado ni a un juicio justo y la tortura es un tema que hay que enfatizar porque está en unos niveles de deshumanización total. A la gente la están abusando sexualmente de formas horrorosas.

CH: Somos un pueblo muy valiente porque a pesar de estar 5 meses viviendo esta represión, la gente sigue en las calles sabiendo que alguien va a morir. Nosotros no tenemos armas. El pueblo está luchando poniendo su cuerpo y su sangre en las protestas y los únicos armados son ellos. Los que están asesinando con francotiradores son ellos. Nuestra única arma es la voz.

(Foto: EFE)
(Foto: EFE)

• ¿Pensaron que la crisis iba a llegar a este nivel?

CH: Nosotros pensamos que esta situación no la íbamos a volver a vivir en Nicaragua. No somos antisandinistas. Reconocemos que Daniel Ortega fue uno de los comandantes de la revolución sandinista pero a él se le olvidó que luchó con la bandera de los derechos humanos y ahora está luchando con la bandera de la ambición. Daniel Ortega ha traicionado a la revolución.

• ¿Se podría decir que Daniel Ortega sumió a Nicaragua en un proceso de desarticulación de la sociedad a tal punto que la gente se dio cuenta solo hasta que se empezaron a contar los muertos?

AM: Sí. Que hayan habido elecciones a partir del año 1984 no nos garantiza que hayamos vivido en democracia (...) Desde que en 1984 Ortega es elegido presidente en las primeras elecciones después de la dictadura, él ha sido el único candidato que conocemos. Regresó al poder en el 2006 y sigue siendo presidente, no se quiere ir, quiere reelegirse y si no se reelige él va a quedar su esposa (Rosario Murillo) porque todo el sistema está construido para perpetuarse él y su familia en el poder.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su esposa, la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo. (Foto: Reuters)
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su esposa, la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo. (Foto: Reuters)

• ¿Qué alternativas tiene la sociedad civil para enfrentar este acaparamiento institucional?

AM: Lo que ha logrado el nivel de represión y de terrorismo de Estado en Nicaragua es la creación de una articulación mayor que plantea una ruta hacia la democracia una vez que Daniel Ortega salga del poder y cuál sería la dinámica para reconstruir la estructura del Estado y del gobierno y cómo poder dirigir la transición democrática y la pacificación social.

• Pero primero Daniel Ortega tendría que salir del poder ¿Qué tiene que pasar para que eso suceda?

AM: No lo sabemos.

• Es decir, tienen idea de qué hacer tras la salida de Ortega pero no saben cuánto más se prolongará su mandato...

AM: Creemos que vamos a tener los resultados que queremos pero no tenemos todas las respuestas. A pesar de que tenemos planes enormes para el futuro no sabemos si vamos a lograrlos porque Daniel Ortega, sin quitarle la responsabilidad consciente de lo que hace, es un psicópata.

(Foto: Reuters)
(Foto: Reuters)

• ¿Los nicaragüenses sienten el respaldo de la comunidad internacional?, porque mucho se critica a los países latinoamericanos que no terminan de pronunciarse sobre la situación en Venezuela…

AM: La crisis en Nicaragua no puede entenderse bajo la óptica de la situación en Venezuela. Nicaragua no está asentada en petróleo, por eso no tiene la misma atención internacional que Venezuela. Creemos que la comunidad internacional es trascendental pero nos seguimos preguntando cuál es el número de muertos que tenemos que llegar para que se tomen acciones concretas.

En Nicaragua somos menos de 6 millones y en 4 meses han asesinado casi a 500, hay centenares ha desaparecido, miles resultaron heridos, más las 50 mil personas que han salido del país en los últimos 4 meses, exiliados, huyendo, escondidos. Entonces, en un año no habrá nicaragüenses en Nicaragua o nos matan o nos meten presos o terminamos en el exilio o terminamos locos.

• ¿Aún hay esperanzas de que se reanude el proceso de diálogo con el gobierno de Daniel Ortega?

AM: Yo creo que no se puede dialogar con ningún asesino. No se puede mantener un diálogo abierto mientras a tu familia la están matando, secuestrando o torturando. Daniel Ortega tiene que renunciar o salir del poder sea como sea y una vez que suceda y que tengamos condiciones medianamente estables, un mínimo de Estado de derecho, quien tiene que dialogar son todos los sectores sociales que se han organizado y exigirle cuentas claras a los sectores que de alguna manera estuvieron aliados con el gobierno de Ortega hasta antes del 18 de abril como la empresa privada, la iglesia católica, los medios de comunicación pero ahora con la falta de condiciones que tenemos no hay diálogo posible.

(Foto: AFP)
(Foto: AFP)

• ¿Qué tan importante es el papel que está jugando la Iglesia católica en Nicaragua?

AM: Trascendental.

• ¿Pero el Papa no se haya pronunciado directamente contra la represión de Daniel Ortega? Es muy criticado por eso...

AM: El Papa hizo un llamado a la paz en Nicaragua y a parar la represión pero uno no puede ser tibio en una situación así. Creo que falta un poco de beligerancia en el alto cargo de la Iglesia.

CH
: Después del 18 de abril y de ver cómo asesinaban a jóvenes universitarios, niños y familias, los sacerdotes nicaragüenses hicieron algo histórico porque pusieron su cuerpo y salieron a las calles durante los tiroteos. En este momento la Iglesia juega un rol muy importante porque en un momento ellos pudieron detener los tiroteos y los asesinatos.

AM: Hoy la Iglesia Católica tiene un nivel de credibilidad enorme porque a falta de instituciones, la Iglesia fue la mediadora del diálogo. El diálogo no se hizo en una asamblea o en un parlamento, se hizo en un convento.

• ¿Y en el caso de la empresa privada?

AM: Han hecho esfuerzos valiosos en el diálogo nacional pero es insuficiente porque la empresa privada ha sido incapaz de declarar un paro nacional indefinido o de declararse en desobediencia tributaria y dejar de pagarle impuestos al Estado. Más del 85% de lo que entra a las arcas del Estado proviene de la empresa privada. Ellos siguen pagando y el Estado usa ese dinero para financiar a los grupos paramilitares [...] En Nicaragua, la empresa privada no está tomando los riesgos que deberían tomar al nivel de lo que la población nicaragüense y la crisis exige.

(Foto: AFP)
(Foto: AFP)

• ¿Ha pasado por su mente irse de forma permanente de Nicaragua?

AM: Ya no podemos regresar.

CH
: En Nicaragua se aprobó una ley antiterrorista y nosotras por estar denunciando, si entramos en Nicaragua nos enjuiciarían o seríamos perseguidas. Decir que vamos a regresar en Nicaragua es un riesgo muy grande. Sería entregarnos al gobierno.

AM: Tenemos miedo por nuestra vida y la de nuestra familia y lo peor es que no somos un caso especial. Cualquier persona que participe en protestas en contra de Daniel Ortega corre el riesgo de estar preso o muerto y antes de estar muerto, ser torturado. Estando en el exterior nos hemos dado cuenta que regresar no es una opción por ahora.

• ¿Y sus hijos, Carolina?

CH: Es muy difícil para mí. Tengo tres hijos y están con mi esposo en Nicaragua pero no hemos tomado la decisión si sacarlos o regresar al país [...] No doy más información porque debemos tener medidas de seguridad para nosotros mismos, para preservar la vida y para seguir en la lucha porque no sabemos cuánto va a durar esto en Nicaragua.

• ¿La escalada de violencia en Nicaragua podría generar un éxodo masivo de nicaragüenses como sucede con los venezolanos?

A: Ninguno de nosotros estaba preparado para lo que nos está sucediendo. Todo el dolor, el trauma y el sufrimiento son cosas que nos han marcado la vida para siempre. Nos han dejado una herida enorme que nos va a costar mucho sanar.

AM: Ya está sucediendo. Más de 50 mil personas han salido en los últimos 4 meses. Solo en Costa Rica son 30 mil solicitudes de asilo y diariamente se presentan entre 200 y 250 solicitudes.

CH
: Y la mayor parte de los que han migrado son jóvenes porque la mayor parte de los asesinados han sido ellos. Ser joven en Nicaragua es un delito. Y hay familias que se han preocupado por sacar del país a sus hijos.

• Si los jóvenes están huyendo de Nicaragua, ¿quiénes se quedan para liderar las manifestaciones contra Ortega?

AM: Nicaragua no se va a quedar sin jóvenes porque más del 60% de la población nicaragüense son jóvenes y muchos de ellos están demasiado determinados a no salir del país y a seguir la lucha desde adentro [...] Es nuestra responsabilidad porque es nuestro futuro el que está en juego. Nadie merece vivir en las condiciones que Daniel Ortega impone y queremos luchar contra la dictadura, no la vamos a permitir.

• Son una generación que dice que no haber vivido en democracia. ¿Cómo es ese proceso de construcción de la democracia?

AM: La estamos improvisando […] Nuestra lucha es inclusiva, representativa, intergeneracional, de rechazo a la corrupción y las grandes estructuras de poder, buscamos libertad y justicia para todos y eso es algo que no había pasado antes en Nicaragua, ni siquiera durante la revolución de 1979 y eso tiene que ver con la conciencia de la generación que somos hoy y lo que aprendimos del pasado. La democracia la vamos a construir porque la necesitamos. Tenemos la esperanza y creemos que está será la revolución definitiva.

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