El programa para reducir mortalidad infantil en México [VIDEO]

(AFP). Mientras su mamá atiende un puesto de jugos en un mercado, Priscila duerme plácidamente a su lado en una de las singulares cajas de maternidad que la alcaldía de Ciudad de empezó a repartir a mujeres pobres, siguiendo el exitoso modelo de Finlandia.

Esta bebe de apenas un mes de vida fue una de las primeras beneficiadas del programa piloto que la alcaldía lanzó recientemente para entregar 7.000 cunas de cartón a madres de bajos recursos con el objetivo de reducir la mortalidad infantil.

"Lo normal es que una cuna es grande, de madera, voluptuosa. Esta se me hace económica pero práctica y, bueno, es más fácil de transportar", explica a la AFP la madre del bebe, Priscila Varela, de 24 años.

Esta joven sale cada mañana de su casa hacia su puesto del mercado cargando a la bebé en un canguro y empujando el carrito infantil sobre el que lleva la cuna de cartón y a Marcus, su hijo mayor de un año y nueve meses.

Varela mantiene sola a sus dos hijos desde que su marido cayó en prisión. Del nuevo programa de ayudas de la alcaldía se enteró por un brigadista del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) que se acercó hace unas semanas a su puesto, en un populoso barrio del centro capitalino, para entregarle un volante con información sobre las cunas.

Las cajas, decoradas de colores y figuras infantiles, han sido entregadas hasta ahora a más de 6.000 mujeres embarazadas. Con ellas vienen unos paquetes que incluyen 25 productos entre los que hay un colchón de cuna, juego de sábanas, cobertor, dos cambios de ropa, sacaleche, toalla y otros productos para la higiene del bebé.

MILES DE POBRES 
El proyecto "Cuna CDMX" -siglas de Ciudad de México- tiene la "finalidad de fortalecer el apego" entre madres e hijos, fomentar la lactancia y "tener un lugar adecuado para poder recibir de manera cómoda y útil a los niños", dijo a la AFP Gamaliel Martínez Pacheco, director general del DIF en la capital.

Las cajas, fabricadas con un cartón no tóxico, retardante al fuego y a la humedad, "no tienen grapas, no tienen seguros o algo que pudiera lastimar" a los pequeños, recalca Martínez Pacheco, quien considera que el cojín-antivómito es uno de los objetos más preciados del paquete porque evitará fallecimientos.

"Muchas de las causas (...) de niños que fallecen es porque se ahogan en la cuna, se voltean o duermen con los papás y de forma involuntaria pueden sufrir una situación que ponga en riesgo su vida o que pueda desencadenar la muerte", explica el funcionario.

Con unos 200.000 nacimientos al año, Ciudad de México tiene un índice de mortalidad infantil de 11,2 por cada 1.000 recién nacidos, cifra menor a la media nacional de 12,8 menores por cada 1.000 y de los 19,8 en América Latina.

Este programa piloto, lanzado este mes, tenía como meta repartir en 2015 unas 7.000 cunas, con un valor de 1.350 pesos cada una (77 dólares), pero las autoridades han decidido aumentar la entrega a 10.000 cunas este año.

Esta cifra resulta aún lejana para cubrir las necesidades de la población menos favorecida de esta metrópoli de casi nueve millones de habitantes, de los que 2,5 millones viven en la pobreza, según cifras oficiales.

CUNA "TROPICALIZADA"
La entrega de la cuna va acompañada también de un plan integral de salud para cuidados prenatales y posteriores al nacimiento en centros de salud pública.

"Con mi hijo mayor, era más la presión" para tener acceso a los servicios de salud y asistencia públicos, en cambio con Priscila "nos los proporcionaron, es más fácil", señala la joven madre en el pequeño apartamento en el que vive con sus bebés.

"Podríamos decir que tropicalizamos la cuna" de Finlandia cambiando productos para el frío extremo de ese país por ropa más ligera, señaló el director de DIF.

Con una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del mundo, en Finlandia la caja de maternidad se empezó a repartir en la década de 1930 y ahora es "un símbolo" de que "el Estado está interesado en respaldar a las madres y las familias", dijo de su lado a la AFP Mika Ruotsalainen, ministro Consejero de la embajada finlandesa, que de bebé tuvo su propia caja.

La cuna mexicana se estandarizó al tamaño de la de Finlandia y a ciertos criterios como la ausencia de biberones para fomentar la lactancia, pero los pañales siguen siendo desechables, mientras que en la canasta europea, que tiene productos de alta calidad y ecológicos, han vuelto a la tela.

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