Redacción EC

La , entre Panamá y Colombia, es una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes. Quienes la atraviesan se enfrentan no solo a un camino muy difícil con acantilados traicioneros y ríos crecidos; también a la violencia extrema de grupos que les atacan, les roban todas sus pertenencias y les agreden sexualmente. A diferencia de 2021, cuando la mayoría de migrantes que cruzaron el Tapón del Darién fueron haitianos, este año el país que predomina en las listas de migración es .

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Más de 1.000 kilómetros recorridos en bus o caminando separan a cientos de familias venezolanas de sus casas. Migraron de su país por supervivencia, como señalan. Están sentadas en el césped, esperando a que se desocupe una carpa para pasar la noche. En la Estación Migratoria de San Vicente (Panamá) en un solo día están llegando entre 300 y 900 personas (hay días en los que alcanzan a arribar hasta 1.500) que quieren avanzar cuanto antes a Costa Rica y seguir hacia Estados Unidos.

Los migrantes que cruzan la selva del Darién pueden tomar dos rutas: una que dura entre 2 y 4 días pero requiere un pago de 400 dólares, y otra que implica una caminata de 10 días que deja graves cicatrices físicas. (Oliver Barth/MSF).
Los migrantes que cruzan la selva del Darién pueden tomar dos rutas: una que dura entre 2 y 4 días pero requiere un pago de 400 dólares, y otra que implica una caminata de 10 días que deja graves cicatrices físicas. (Oliver Barth/MSF).
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La estación migratoria de San Vicente está ubicada en la provincia del Darién, en Panamá. Allí llegan, tras cruzar la peligrosa selva del Darién, miles de migrantes. Tan solo en el 2021 pasaron por esta frontera entre Colombia y Panamá 134.000 personas migrantes, de las cuales en su mayoría fueron haitianas (62%) y, en distinta cantidad, cubanas (14%), de diferentes países de África (3%) y de Venezuela (2%).

Solange fue separada de su madre en la selva y llegó a Bajo Chiquito dos días antes que ella. Se separaron cuando el grupo con el que viajaban fue atacado. Solange se escapó para evitar ser violada. Se reencontraron hoy. Lucero, enfermera de MSF, prepara todo lo necesario para lavar y curar los pies de la madre. (Sara de la Rubia/MSF).
Solange fue separada de su madre en la selva y llegó a Bajo Chiquito dos días antes que ella. Se separaron cuando el grupo con el que viajaban fue atacado. Solange se escapó para evitar ser violada. Se reencontraron hoy. Lucero, enfermera de MSF, prepara todo lo necesario para lavar y curar los pies de la madre. (Sara de la Rubia/MSF).
Bajo Chiquito es una comunidad indígena del Departamento Emberá Wounaan y es el primer lugar al que llegan los migrantes. Con el aumento del número de migrantes a través de la selva del Darién, esta comunidad de alrededor de 400 personas se ha visto desbordada. Los migrantes llegan allí después de 5 a 7 días de caminata. (Marcos Tamariz/MSF).
Bajo Chiquito es una comunidad indígena del Departamento Emberá Wounaan y es el primer lugar al que llegan los migrantes. Con el aumento del número de migrantes a través de la selva del Darién, esta comunidad de alrededor de 400 personas se ha visto desbordada. Los migrantes llegan allí después de 5 a 7 días de caminata. (Marcos Tamariz/MSF).

Mientras que entre enero y septiembre del 2022, de acuerdo con cifras del Gobierno Panameño, cruzaron por el Darién 151.182 personas, de las cuales 130.012 son adultas y 21.570 menores. La mayoría proviene de Venezuela (107.692), Haití (8.613), Ecuador (6.698), Cuba (4.332), India (1.921) y Senegal (1.903).

Una de las afecciones más comunes que presentan los migrantes al llegar a Bajo Chiquito, el primer pueblo tras cruzar el Darién, es el daño en los pies tras días caminando en una selva tropical. Los pies están continuamente mojados, en contacto con arena y barro y acaban inflamados y dañados hasta tal punto que algunos no pueden continuar caminando y se rinden en el propio Darién. (MSF/Sara de la Rubia).
Una de las afecciones más comunes que presentan los migrantes al llegar a Bajo Chiquito, el primer pueblo tras cruzar el Darién, es el daño en los pies tras días caminando en una selva tropical. Los pies están continuamente mojados, en contacto con arena y barro y acaban inflamados y dañados hasta tal punto que algunos no pueden continuar caminando y se rinden en el propio Darién. (MSF/Sara de la Rubia).
Un grupo de migrantes en Bajo Chiquito, esperando con sus pertenencias para ver si entran en el siguiente grupo que será trasladado a las Estaciones de Recepción Migratoria de San Vicente y Lajas Blancas.
(MSF/Sara de la Rubia).
Un grupo de migrantes en Bajo Chiquito, esperando con sus pertenencias para ver si entran en el siguiente grupo que será trasladado a las Estaciones de Recepción Migratoria de San Vicente y Lajas Blancas. (MSF/Sara de la Rubia).

Para llegar a Panamá desde Colombia, los migrantes tienen varias opciones: pagar 400 dólares para tomar un bote desde Capurganá (Colombia) hasta Carreto (Panamá) y luego cruzar la selva caminando durante dos o tres días hasta llegar a Canáan Membrillo (Panamá).

También pueden viajar en bote hasta Yaviza, Panamá, pero es mucho más costoso.

La otra ruta, menos costosa pero más peligrosa, consiste en caminar desde Capurganá hasta la comunidad indígena panameña de Canáan Membrillo, trayecto que puede tardar entre siete y 10 días y en el que se denuncian constantemente robos, agresiones y casos de violencia sexual.

Entre enero y agosto de 2022, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) atendieron 151 casos de violencia sexual ocurridos en la travesía por el Darién, aunque son conscientes de que puede haber habido más casos dadas las dificultades de acceso en diferentes puntos de la selva.

Médicos Sin Fronteras