Un militar que fue jefe de los servicios de espionaje bajo el gobierno de Hugo Chávez está ganando presencia en la política Venezuela, donde la oposición desconfía de él y el oficialismo lo desprecia mientras recorre el país sopesando la posibilidad de una candidatura presidencial.Follow @Mundo_ECpe
Miguel Rodríguez Torres, a quien en estos momentos se le dan escasas posibilidades, se ofrece como una tercera opción capaz de hacer frente a la violencia y los problemas económicos que enfrenta el país.
Detestado por los opositores al presidente Nicolás Maduro por haber encabezado la represión de protestas antigubernamentales en el 2014, Rodríguez Torres genera asimismo pocas simpatías entre el oficialismo por sus fuertes críticas a los programas socialista del gobierno.
Sin embargo, parece estar ganando popularidad entre muchos venezolanos que le han dado la espalda a un gobierno que no ha podido resolver la crisis económica pero desconfían de la oposición.
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En una reciente entrevista, Rodríguez Torres, de 53 años, criticó a Maduro por haber destruido la economía de esta nación petrolera, no haber podido frenar la violencia de milicias pro-gubernamentales y por tratar de silenciar a sus detractores. Dice que le inquietan las protestas que promueven los enemigos del presidente y tiene en cambio un mensaje conciliatorio basado en su fe cristiana evangélica.
“Hay un discurso de miedo que manejan los dos lados que le hace mucho daño al país”, declaró Rodríguez Torres a la Associated Press. “No podemos seguir viéndonos como enemigos. Tenemos que pensar primero en el país”.
Los encuestadores no incluyen su nombre en sus consultas, pero sus críticas a Maduro no han pasado inadvertidas. Altos funcionarios del gobierno lo han acusado de traición o de hacerle el juego a la oposición en los últimos días. Sus allegados dicen que la prensa venezolana es presionada para que no lo entrevisten y las redes sociales están llenas de especulaciones de que podría ser detenido por criticar al gobierno, como le pasó a otros militares que alguna vez fueron oficialistas.
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“¡¡No hay terceras vías, ni puentes ni reconciliación con el FASCISMO!!”, sostuvo el vicepresidente Tareck El Aissami en una reciente andanada de tuits en los que le apuntaba a su antiguo aliado.
Los verdaderos hijos de CHÁVEZ le decimos a #UnosPocos: no hay terceras vías, ni puentes ni reconciliación con el FASCISMO!!— Tareck El Aissami (@TareckPSUV) 31 de marzo de 2016
A una cuadra del sitio donde Rodríguez Torres hablaba con la AP, varios cientos de manifestantes enfrentaban a la policía antimotines en una de las batallas casi diarias que vive la capital venezolana desde hace un mes. Más de tres docenas de personas fallecieron en los desmanes y cientos resultaron heridas.
Rodríguez Torres dice que no le ve mucho sentido a las protestas callejeras. “En una crisis tan profunda como la que tenemos, la salida no es seguir quemando porque la economía sigue cayendo”, expresó.
Los manifestantes antigubernamentales no lo ven con buenos ojos. A pesar de que se presenta como un chavista moderado, muchos opositores al gobierno lo acusan de haber violado los derechos humanos al detener a decenas de manifestantes cuando era ministro del interior. Rodríguez Torres, quien fue una de las personas que cargó el féretro de Chávez durante sus funerales, creó el temido Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, que reprimía a los activistas opositores.
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Entre quienes intentan ganar espacio como alternativa intermedia figuran otro militar que supo ser allegado a Chávez, el gobernador del estado de Lara Henri Falcón, y la fiscal general Luisa Ortega Díaz, que sacudió a la nación al decir que el orden constitucional había sido quebrantado cuando la Corte Suprema despojó brevemente de sus poderes a la Asamblea Nacional, que es controlada por la oposición, hace pocas semanas.
“Estratégicamente hay mucha cancha para un oferta de chavismo moderado”, comentó el analista político Luis Vicente León. “Si logran el apoyo de los independientes, la oposición puede verse en la necesidad de aceptarles”.
Los estrechos vínculos de Rodríguez Torres con el ala militar del chavismo es lo que lo distingue de las demás figuras que critican al gobierno desde la izquierda. Se cree que, por más que profesen lealtad a Maduro, hay muchos elementos de las fuerzas armadas que no están contentos con el gobierno, pero temen que si triunfa la oposición pierdan los privilegios y la influencia ganada a lo largo de 17 años de gobierno socialista.
Rodríguez Torres apoyó a Chávez desde la primera hora, atraído por los carismáticos discursos del líder cuando estudiaba en la academia militar de Caracas a comienzos de la década de 1980. Cuando Chávez encabezó un alzamiento contra el presidente Carlos Andrés Pérez en 1992, Rodríguez Torres comandó un grupo de 38 rebeldes que emboscaron un contingente militar mucho más grande que custodiaba la residencia presidencial. Estuvo preso dos años como uno de los líderes del fallido intento de golpe que hizo crecer la estrella de Chávez.
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Tras sobrevivir él mismo un intento de golpe en el 2002, Chávez encomendó a Rodríguez Torres la dirección del servicio de inteligencia, cargo en el que se mantuvo durante la mayor parte de la década.
Maduro lo despidió en un discurso televisado en el 2014. Nunca dio las razones, pero Rodríguez Torres dice que lo hicieron a un lado por promover un plan para controlar las milicias progubernamentales.
Luego de dos años de mantenerse en silencio, Rodríguez Torres reapareció en Twitter, donde tiene 333.000 seguidores, para criticar la conducción de Maduro y promover la refundación del chavismo.
Chávez falleció hace cuatro años y ahora “tenemos que repensar todo”, dijo el militar.
Su escritorio está lleno de libros del economista de la Universidad de Columbia Jeffrey Sachs y de uno con las enseñanzas del papa Francisco. Muchas de sus propuestas parecen salidas de la plataforma de la oposición. Opina que los problemas económicos de Venezuela derivan del control del cambio de divisas que rige desde hace una década y dice que recurriría al Fondo Monetario Internacional, del que Chávez despotricó, si hace falta poner comida en la boca de los venezolanos.
Asegura que también le gustaría dejar atrás los roces con un viejo enemigo de Chávez, Estados Unidos. A diferencia de muchos funcionarios chavistas criticados por sus frecuentes viajes a los centros comerciales de Miami, Rodríguez Torres dice que nunca estuvo en Estados Unidos, que le ha negado el ingreso varias veces desde el intento de golpe de 1992.
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“La única fórmula que tenemos para sacar ese veneno que tenemos por dentro es el perdón”, afirmó Rodríguez Torres, cuyo camino hacia la reconciliación fue despejado por la muerte de su hija en un accidente automovilístico causado por otro. “El liderazgo que nace de esa crisis tiene que dedicarse a convencer a este pueblo de esto”.
Fuente: APLAS ÚLTIMAS NOTICIAS DEL MUNDO... Tweets por el @Mundo_ECpe.