Avistamiento de ballenas en Nuquí. Foto: Guillermo Ossa. Vía El Tiempo de Colombia/ GDA
Avistamiento de ballenas en Nuquí. Foto: Guillermo Ossa. Vía El Tiempo de Colombia/ GDA

Las autoridades del Pacífico de están alarmadas por las peligrosas prácticas que se están llevando a cabo por los lancheros y en busca de avistar, uno de los atractivos más majestuosos que brinda la naturaleza en aguas colombianas.

La temporada comenzó el 15 de julio y va hasta el 12 de octubre, por lo que cientos de turistas, muchos de ellos del extranjero, llegan a territorios como Nuquí, Bahía Solano y el Parque Nacional Natural (PNN) Utría, en Chocó.


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También es visitado el PNN de Uramba Bahía Málaga, en Buenaventura, Valle del Cauca, y Gorgona, en el Cauca.

Las ballenas jorobadas o yubartas llegan a aguas colombianas para efectuar su proceso reproductivo y entre danzas de cortejo, cantos y juegos se asoman ante la vista de los turistas y lugareños. Aunque hay protocolos de seguridad por parte de PNN para realizar esta práctica, ciertas regulaciones están siendo vulneradas tanto por lancheros como turistas.

De acuerdo con Robinson Galindo, director del Pacífico de PNN, una de las razones por las que llegan las ballenas a este territorio del país es que acá hallan aguas cálidas y tranquilas para el apareamiento y amamantar a los ballenatos.

Sin embargo, afirmó, si no se cumplen las normas establecidas existe la posibilidad de que estos cetáceos terminen por desplazarse a otras zonas, pues pierden la calma, se asustan y no ven allí un lugar acorde para enseñar a los ballenatos, por ejemplo, a saltar.

“Ellas están acá cuatro meses y si las embarcaciones empiezan a seguir a las ballenas y ballenatos para las fotos, para las selfies, eso termina dañando el destino, ese es el riesgo que también se puede presentar”, señaló.

Según Galindo, se están presentando casos en los cuales los capitanes de las embarcaciones no acatan la norma de estar entre 100 y 200 metros para el avistamiento, lo que podría generar alguna alteración en el comportamiento de los cetáceos y que reaccionen generando peligro para los turistas.

Situaciones de este tipo preocupan a Everto López, alcalde de Nuquí, quien manifestó que los lancheros del municipio, ya sea voluntad de ellos o a petición de los turistas, están haciendo aproximaciones no recomendadas hasta el animal.

“Nos están causando mucha preocupación. Si bien es un espectáculo natural, se tienen que tener ciertas condiciones o conocimientos para evitarles molestias a las ballenas o agresiones a estas”, señala.

Entre las recomendaciones de PNN se indica que no se deben seguir a las hembras con sus ballenatos y dejar la embarcación en neutro cuando se realiza el avistamiento, teniendo en cuenta que un cambio brusco de velocidad podría alterar el comportamiento de mamífero marino.

En Nuquí hay preocupación por la proximidad de los lancheros a las ballenas. Foto: Archivo particular, vía El Tiempo de Colombia/ GDA
En Nuquí hay preocupación por la proximidad de los lancheros a las ballenas. Foto: Archivo particular, vía El Tiempo de Colombia/ GDA

En Nuquí, precisamente, una embarcación estuvo a punto de ser alcanzada por una ballena y sus ballenatos cuando realizó una aproximación indebida y uno de los animales golpeó levemente la estructura de la lancha, haciendo tambalear a la misma.

López explicó que, en ocasiones, la emoción de algunos visitantes induce a que los lancheros tomen acciones que no corresponden y terminan acercándose más de lo permitido para sacarles imágenes. “Esto genera peligrosidad en el área. Lo que queremos evitar es que ocurra una catástrofe, una situación de lamentar. Estamos preocupados porque hemos visto muchas imágenes en las cuales nuestros operadores turísticos han estado muy próximos a estas ballenas”, señaló.

Respecto a estas situaciones, Galindo manifestó que las ballenas son animales que siempre intentan esquivar las embarcaciones y, por fortuna, no hay reportes de hundimientos de lanchas a causa de un choque con los cetáceos, pero le preocupa que la cultura de la responsabilidad de quienes hacen los recorridos no es la mejor y, como no ha pasado nada, omiten las recomendaciones que se dan.

“A pesar de que se hacen estas recomendaciones, muchas veces la gente no cree que hay que atenderlas. No se ha presentado un incidente mayor, pero podría llegar a pasar que en un salto o un aletazo se termine generando una emergencia. Además que en estas zonas no hay una buena articulación de Gestión del Riesgo y no son muchas las embarcaciones que tienen radio”, indicó Galindo.

El avistamiento de ballenas en el país se realiza desde hace unos 20 años en el país. El director en esta región de PNN explicó que en los últimos años, con los Acuerdos de paz, se ha favorecido que las personas lleguen hasta acá y para esta temporada se espera que unos 30.000 turistas visiten estos territorios.

Otra maniobra peligrosa que preocupa a las autoridades ocurrió en el PNN Uramba Bahía Málaga, en Buenaventura, donde se conoció el caso de un turista quien al ver a la ballena se lanzó al mar para nadar junto a ella, una evidente infracción a las medidas.

En Buenaventura, un hombre se lanzó a nadar con una ballena, una práctica prohibida. Foto: Archivo particular, vía El Tiempo de Colombia/ GDA
En Buenaventura, un hombre se lanzó a nadar con una ballena, una práctica prohibida. Foto: Archivo particular, vía El Tiempo de Colombia/ GDA

Las ballenas que llegan al Pacífico, dijo Galindo, alcanzan los 15 metros de largo y pesan hasta 45 toneladas, por lo que quien se lance al mar podría terminar exponiéndose a algún golpe tras la reacción del mamífero al sentirse invadido.

Jainer Murillo, secretario de Turismo de Buenaventura, explicó que los movimientos de las ballenas pueden ser impredecibles, de un momento a otro salen a flote y pueden estar cerca de la lancha. En cuanto a la infracción del turista, el funcionario dijo que esta persona se lanzó al mar en un acto de irresponsabilidad cuando otros tomaban fotografías y en un descuido del motorista.

“Las yubartas llegan a estas aguas a aparearse y a cuidar de sus crías, estas se pueden sentir amenazadas si ven algo extraño. Las personas que invaden su espacio pueden terminar exponiéndose a algún peligro, pues estas necesitan tranquilidad. No solo se exponen ellos, podrían reaccionar golpeando la embarcación y generando su hundimiento. A esta persona se subió de inmediato a la lancha y se sancionó”, manifestó Murillo.

Una de las dificultades que tienen las autoridades en las zonas donde se realiza el avistamiento de yubartas es el amplio territorio marítimo que deben vigilar debido a que no se puede cubrir en su totalidad.

En el caso de Buenaventura, Murillo dijo los guías saben dónde se ubican las ballenas, así las autoridades de la Dimar y la Armada Nacional limitan el espacio para realizar estas actividades, impidiendo ir a otros lugares en los que las yubartas se están apareando.

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