(Foto: AP)
(Foto: AP)
Milagros Asto Sánchez

“Conmoción”. “Crimen atroz”. “Ensañamiento”. “Cifras alarmantes”. “Indignación”. El feminicidio de la pequeña Fátima y el repudio generalizado que ha provocado dentro y fuera de México, han puesto en evidencia, por enésima vez, la urgencia de combatir una lacra que no deja de apuntar contra niñas y adolescentes.

Contenido sugerido

Contenido GEC