¿Cómo Bashar al Asad tomó impulso en Siria?
¿Cómo Bashar al Asad tomó impulso en Siria?
Redacción EC

Beirut (AP)

Hace dos años, parecía casi inevitable que el presidente sirio  sería derrocado. Pese a la encarnizada represión militar en el país, la gente seguía manifestándose en las calles en protestas multitudinarias contra el gobierno, los rebeldes mantenían un avance bélico hacia la capital, e inclusive lograron colocar una bomba en una reunión de seguridad de alto nivel, con la que eliminaron a altos funcionarios del régimen, entre ellos al cuñado de Al Asad. Los líderes occidentales pronosticaban que caería en pocos meses.

Actualmente ya casi nadie piensa de esa manera. En momentos en que él se prepara para unas elecciones donde es casi seguro que se adjudique otros siete años de mandato, el líder de 48 años parece estar en continua vía ascendente tras un conflicto de tres años.

A continuación presentamos un vistazo a cómo Al Asad ha logrado apoderarse del impulso en la guerra civil:

Hezbolá se une al combate

Este grupo extremista libanés respaldado por Irán se unió a la lucha en Siria públicamente y con diligencia a mediados del 2013. Con miles de experimentados guerrilleros y expertos, el grupo ha tenido un papel decisivo para ayudar a las exigidas fuerzas de Al Asad a ganar terreno en la capital, Damasco, así como en estratégicos pueblos y aldeas de las accidentadas montañas de la frontera con Líbano.

Un ejército unido

Aunque hubo importantes deserciones al principio del conflicto, los militares sirios continúan siendo una fuerza potente. No hay indicios de fracturas significativas entre los colaboradores de Al Asad, y su círculo íntimo se ha mantenido cohesivo y unido. El presidente también ha fortalecido su fuerza al crear milicias paramilitares, incluida la Fuerza Nacional de Defensa, integrada en buena parte por grupos minoritarios de Siria y que presuntamente recibe entrenamiento de Irán.

Lucha dispareja

El Gobierno Sirio ha aprovechado que su aviación no es monitoreada por nadie para arrojar cohetes y explosivos de fabricación rústica contra las áreas controladas por la oposición. Los rebeldes llevan más de dos años rogándole a la comunidad internacional que les brinden armas para derribar aviones del gobierno, pero Occidente teme que cualquier asistencia de tipo letal pudiera terminar en manos de extremistas. El presidente Barack Obama ha tratado desesperadamente que Estados Unidos no se embarque en otra guerra después de más de una década de combates en Afganistán e Iraq.

Acuerdo sobre armas químicas

En agosto del 2013, Rusia, un aliado crucial de Siria, intervino para impedir incursiones aéreas de los militares estadounidenses. Esto, tras alcanzar un acuerdo para que Damasco se deshiciera de su arsenal de armas químicas tras un ataque con gases tóxicos contra la población civil en que murieron cientos de personas.

Islamistas contra moderados

El ya dividido frente de facciones rebeldes con respaldo de Occidente, el Ejército Sirio Libre, ha visto declinar su posición durante el último año ante el aumento de grupos milicianos y facciones extremistas inspiradas por Al Qaeda. Desde principio de año se han registrado luchas intestinas con la pérdida de miles de vidas.

Combatientes extranjeros de todo el mundo se han congregado en Siria como el resultado de la creciente radicalización en general, lo cual ha disminuido el respaldo de Occidente a los rebeldes.

Asedio y reconciliación

La salida de cientos de rebeldes de la ciudad de Homs esta semana concede a Assad un eje geográfico en el centro de Siria desde donde puede lanzar ofensivas contra el norte controlado por la oposición. Pero el acuerdo de tregua también refleja una nueva táctica del gobierno sirio, al obligar a los rebeldes a entregar sus armas a las autoridades a cambio de acceso de alimentos para la población.

Patrocinadores de insurgentes

Los patrocinadores árabes han diferido cada vez más en torno al nivel y el tipo de asistencia que deberían ofrecer a los rebeldes sirios. Las divisiones surgidas en lo que otrora era un sólido respaldo árabe hacia los insurgentes tienen su raíz en gran medida en antiguas tensiones entre Arabia Saudí y Catar. Los saudíes y sus aliados acusan a Catar de enviar armas a los combatientes islamistas que pelean con facciones moderadas.
 

Contenido sugerido

Contenido GEC