A fines de este año, Benjamin Netanyahu logrará quebrar un récord histórico. El de, nada menos, David Ben Gurion, uno de los mentores y fundadores del Estado de Israel en 1948. El astuto ‘Bibi’ volvió a ganar hoy las elecciones en Israel e iniciará pronto su quinto mandato, una situación inédita en una de las democracias más estables del Medio Oriente.
Al parecer, el halcón no se ha desgastado con los años. Al contrario, parece haberse convertido en el líder indispensable de los israelíes, que lo han elegido primer ministro de manera consecutiva desde el 2009, sumado a los tres años en que estuvo en el cargo entre 1996 y 1999. En total, trece años al frente de uno de los países más desafiantes.
Estas son algunos factores de su nueva victoria:
1. La seguridad y el statu quo
Israel siempre se ha sentido amenazado por los inmensos países árabes que lo rodean. No solo Irán, su peor enemigo, sino el Líbano, Siria, Jordania, Egipto, además -y sobre todo- del tema siempre pendiente: la paz con los palestinos. Su estrategia histórica ha sido la defensa y en nombre de ella se han realizado operaciones militares. Invasiones y matanzas desde un punto de vista; el derecho a existir desde el otro.
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Benjamin Netanyahu, el halcón que va por su quinto período en Israel | PERFIL
Qué implica la promesa de Netanyahu de anexar parte de Palestina a Israel
Netanyahu ha sabido aliarse con las facciones más derechistas del espectro político, aquellas que no quieren la paz con los palestinos, que exigen más asentamientos judíos en Cisjordania y que no ceden ante la posibilidad de la existencia de dos Estados.
Esto, para sus electores, ha sido vital para que no ocurran más intifadas. La desorganización política palestina también ha contribuido a que desde Ramala o Gaza la reacción de los palestinos no haya sido lo suficientemente poderosa como para poner en riesgo el poder de Netanyahu. Por ello, el statu quo sobre el conflicto se mantiene y, para muchos en Israel, es mejor así.
“Nadie en Israel piensa que haya verdaderamente una opción de anexar Cisjordania o de hacer la paz con los palestinos. Así que ha sido el triunfo del statu quo”, explica a “The New York Times” Gadi Taub, historiador de la Universidad Hebrea.
Y por ello, Netanyahu apeló a la necesidad de la continuidad. “Él ha creado una narrativa donde sería ilegítimo o irresponsable reemplazarlo”, ha comentado Anshel Pfeffer, autor de ‘Bibi’, una biografía crítica del primer ministro.
2. Las buenas cifras económicas
Israel no es un país del primer mundo, pero está cerca. Pese a ser muy pequeño, su economía crece a buen ritmo y para el 2017 registró un PBI de 350.851 mil millones de dólares, con una tasa de desempleo de 4,2%. Además, está en el puesto 33 de las economías mundiales, por volumen de su PBI, según data del Banco Mundial.
Pero sobre todo, Israel se ha desarrollo como un hub tecnológico, donde las empresas de iniciativa tecnológica crecen más y promueven la creación de empleo.
Aunque el país tiene muchos desafíos por delante, y el costo de vida sigue subiendo, los electores han preferido la estabilidad que les ha dado Netanyahu en estos años.
3. El apoyo de Donald Trump
‘Bibi’, que habla un inglés fluido, tiene al presidente estadounidense como uno de sus más cercanos aliados. A diferencia de la relación tirante que tuvo con Barack Obama -quien una vez dijo que no aguantaba que lo llamara a cada rato- Trump ha tomado la causa israelí casi como propia.
Además de poner a su yerno Jared Kushner -el esposo de Ivanka, que además es judío- como asesor principal en temas de Medio Oriente, Trump decidió tocar uno de los temas más sensibles en el conflicto árabe-israelí: Jerusalén. El estadounidense decidió mover la embajada desde Tel Aviv a la ciudad sagrada e invitó al resto de países del mundo a hacer lo mismo. Lo siguieron pocos, es cierto, pero sentó un precedente.
Y no solo eso. Sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear que se había firmado con Irán y hace unos días -en el desenlace de la campaña electoral israelí- declaró como organización terrorista a la Guardia Revolucionaria, el cuerpo de élite del régimen de los ayatolas. Y la cereza: declarar la soberanía israelí sobre los Altos del Golán, un territorio en disputa con Siria.
4. La astucia de un viejo político
La permanencia de Netanyahu en el poder también se debe a un factor clave: la cintura política para salir bien librado de denuncias. Pese a que el fiscal general de Israel anunció en febrero su intención de procesarlo por corrupción, fraude y abuso de confianza por recibir regalos a cambio de favores, ‘Bibi’ optó por victimizarse ante su base electoral señalando que todo es una cacería de brujas. Su esposa, además, también ha sido denunciada de maltratar a sus ex trabajadores.
La Justicia tiene tiempo hasta el 10 de julio para tomar una decisión. Entre tanto, el astuto halcón sigue de luna de miel por su nueva victoria.