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¿Trata de ganar tiempo? La condición de Irán a Estados Unidos para volver a las negociaciones sobre su programa nuclear
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Irán ha descartado una pronta reanudación de las negociaciones nucleares con Estados Unidos tras la guerra de los 12 días con Israel, tal como está exigiendo el presidente Donald Trump. Dos altos funcionarios iraníes han dejado en claro cuál es su exigencia para sentarse en la mesa de negociaciones: que Washington garantice que no va a volver a bombardear a la República Islámica.
El lunes, durante una entrevista con la BBC, el viceministro de Asuntos Exteriores, Majid Takht-Ravanchi, aseguró que el gobierno de Trump comunicó a Irán, a través de mediadores, que desea volver a las negociaciones, pero que “no ha dejado clara su postura” sobre la posibilidad de nuevos ataques mientras se realicen las conversaciones.
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El martes, el ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, declaró en el mismo sentido: “Para que decidamos reanudar las negociaciones, primero tendremos que asegurarnos de que Estados Unidos no volverá a atacarnos militarmente durante las negociaciones”, dijo.

Estados Unidos e Irán habían pactado la sexta ronda de negociaciones entre ambos países para el 15 de junio en Omán, pero dos días antes Israel empezó a bombardear territorio iraní y frustró el encuentro.
Israel inició la guerra con el propósito de destruir el programa nuclear de Irán y neutralizar su poderoso arsenal de misiles balísticos. Estados Unidos se involucró en el conflicto al atacar con misiles antibúnker tres instalaciones clave iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán.
En la guerra de los 12 días murieron al menos 935 personas en Irán, entre ellas 38 niños; y 28 en Israel.
Luego de haberse pactado un alto el fuego total, el 25 de junio Trump anunció que Estados Unidos e Irán se reunirán “la próxima semana” para discutir un posible acuerdo nuclear. Dos días después, el presidente estadounidense advirtió que su país se reservaría la opción de atacar nuevamente a Irán si la inteligencia sugiere que el programa nuclear iraní es capaz de enriquecer uranio a “niveles preocupantes”.

Además, los medios occidentales han informado que la exigencia de Trump de un enriquecimiento cero de uranio sigue siendo innegociable.
Pero en la entrevista con la BBC, Takht-Ravanchi afirmó que Irán “insistirá” en el derecho de enriquecer uranio con fines pacíficos, y rechazó las acusaciones de que Teherán está avanzando en secreto hacia el desarrollo de una bomba nuclear.
“Se puede discutir el nivel, se puede discutir la capacidad, pero decir que no se debe enriquecer, que se debe tener un enriquecimiento cero, y que si no se está de acuerdo, se bombardeará, eso es la ley de la selva”, afirmó Takht-Ravanchi.

Por su parte, el ministro Araqchí aseguró que Irán se defenderá si sufre nuevos ataques.
“Hemos mostrado y demostrado durante esta guerra impuesta de 12 días que tenemos capacidad para defendernos, y seguiremos haciéndolo en caso de que se lance cualquier agresión contra nosotros”, afirmó.

En tanto, Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dijo hace unos días que los ataques de Estado Unidos en Fordow, Natanz e Isfahán causaron daños graves, pero “no totales”, mientras que Trump declaró que las instalaciones nucleares de Irán habían quedado “totalmente destruidas”.
Grossi también afirmó el fin de semana que Irán tiene la capacidad para volver a enriquecer uranio en “cuestión de meses”.
En este contexto, la relación de Irán con el OIEA es cada vez peor. El miércoles, el Parlamento iraní decidió suspender la cooperación con el organismo de la ONU de control atómico, al acusarlo de ponerse del lado de Israel y Estados Unidos.
Irán trata de aparentar fortaleza

El analista internacional Roberto Heimovits dijo a El Comercio que la condición de Irán parece ser un intento del régimen de demostrar dureza, “demostrar que todavía son fuertes, tanto frente a sus enemigos como a más o menos amigos como Rusia y China”.
Sostuvo que un régimen dictatorial como el iraní siempre trata de aparentar dureza incluso después de una derrota, pero agregó que el problema para Teherán es que si Estados Unidos e Israel se convencen de que sólo está tratando de ganar tiempo para recomponer su programa nuclear, entonces podrían lanzar nuevos ataques contra Irán.
“Irán quiere restablecer la disuasión que ha perdido con el ataque israelí poniendo condiciones a Estados Unidos”, afirmó Heimovits.
“El propio ministro de Exteriores Araqchi dijo que Irán está en condiciones de reiniciar el enriquecimiento cuando quisiera. Y no sólo eso, sino que pueden ir rápido y compensar el tiempo perdido”, agregó.
Heimovits manifestó que si Estados Unidos e Israel ofrecen la garantía que exige Irán, la capacidad de disuasión de estos países podría verse debilitada.
“Si pasa, se podría llegar a una situación donde Irán dilata lo máximo que puede las negociaciones, como se sabe hacer a veces en el Medio Oriente, y mientras tanto trata de reparar su capacidad de enriquecimiento y los otros componentes de su programa nuclear”, indicó.
“Sería aceptable para Estados Unidos e Israel solo si junto con las garantías se fija un plazo para llegar a un acuerdo con Irán. Un plazo corto de tres semanas o un mes. Porque no hay que olvidar que hay noticias de cuadrillas de soldados iraníes que ya están trabajando en Natanz y en Fordow al parecer tratando de llegar a los subterráneos que han sido bombardeados para recuperar de ahí lo que puedan”, advirtió Heimovits.
Sobre la exigencia de Trump de enriquecimiento cero de Uranio, Heimovits precisó que podría haber un margen de negociación, que implicaría la creación de un consorcio regional para enriquecer uranio solo al 3,67%, que es lo que se necesita para generar electricidad, y dárselo a Irán.
“Más más allá de eso no, porque si se permite que Irán enriquezca uranio de nuevo libremente podría decir que está enriqueciendo al 3,67%, pero en realidad está haciendo mucho más”, siguió.
Heimovits está convencido de que antes de la guerra de los 12 días Irán ya estaba decidido a tener el arma nuclear. “Si no fuera así, entonces no se explica por qué había enriquecido uranio al 60%, cuando a ese nivel no se puede aplicar a ningún propósito civil, solamente a propósitos militares. Y no se explica tampoco por qué había enriquecido 408 kilos suficiente para nuevas bombas nucleares. Además, por qué gastó tantos miles de millones de dólares en hacer instalaciones subterráneas si su programa era pacífico, podría haber trabajado en instalaciones en la superficie”.
El arma nuclear
Hasta antes de la guerra Irán llegó a tener 408,6 kilos de uranio enriquecido al 60%, según el OIEA. No se sabe dónde está ese materia o si fue destruido por los bombardeos.
Lo concreto es que al llegar al 60% de enriquecimiento de uranio, Irán ya había pasado por lo más difícil de este proceso para obtener el arma nuclear y se colocó muy cerca del punto de no retorno, que es el 90%.
Según los expertos del OIEA y otras fuentes especializadas, si Irán decidía romper todos los límites y acelerar al máximo su programa, pudo enriquecer uranio del 60% hasta el 90% en un plazo de entre una semana y tres semanas, usando sus centrífugas más avanzadas.
Una vez con el uranio enriquecido al 90%, fabricar una bomba nuclear básica puede tomarle a Irán de tres a seis meses.
Luego, miniaturizar esa bomba para montarla en un misil balístico puede durar de uno a dos años.