Giovanni Battista Re (izq) y Leonardo Sandri (dcha). Foto: composición.
Giovanni Battista Re (izq) y Leonardo Sandri (dcha). Foto: composición.

El cónclave para elegir al sucesor del se aproxima, y mientras todos los ojos se centran en los 135 cardenales menores de 80 años que tienen derecho a voto, dos figuras veteranas del Vaticano asumirán papeles fundamentales solo en los días previos: Giovanni Battista Re y Leonardo Sandri.

Ambos superan la edad permitida para participar en el cónclave —Re tiene 91 años y Sandri, 81—, pero su exclusión no los relega a un segundo plano. Por el contrario, sus funciones serán decisivas en la organización, el ambiente y hasta en las alianzas que marcarán el rumbo hacia la elección del nuevo pontífice.

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Francisco Sanz
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Según las normas de la Iglesia, los cardenales mayores de 80 años no pueden participar en el cónclave. Pero eso no significa que pierdan influencia. Figuras como Re y Sandri, por su trayectoria y autoridad moral, suelen participar en congregaciones o reuniones previas, ofrecen orientación a los más jóvenes y son consultados informalmente sobre posibles consensos.

La mayoría de los cardenales que elegirán al nuevo Papa fueron nombrados por Francisco.
La mayoría de los cardenales que elegirán al nuevo Papa fueron nombrados por Francisco.

Battista Re: el decano que sigue marcando el rumbo

Nacido el 30 de enero de 1934 en Borno, Italia, Giovanni Battista Re ingresó al seminario a los 11 años y fue ordenado sacerdote en 1957. Con una carrera de más de seis décadas en la Iglesia, ha ocupado cargos de gran relevancia, incluyendo el de prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. En el 2001 fue ordenado cardenal por Juan Pablo II y desde el 2020 se desempeña como decano del Colegio Cardenalicio. ​

A pesar de tener 91 años, el papa Francisco confirmó el año pasado su continuidad en el cargo de decano, lo que le otorga la responsabilidad de organizar las congregaciones generales previas al cónclave y presidir la misa ‘Pro Eligendo Pontifice’. Su experiencia y conocimiento profundo del episcopado mundial lo convierten en una figura central en la transición papal.

La figura del decano ha sido retratada en películas y series como símbolo del equilibrio interno del Vaticano. En la cinta Cónclave (2023), el personaje interpretado por Ralph Fiennes, inspirado en un decano, muestra las tensiones de una Iglesia que busca nuevo rumbo mientras los veteranos aún sostienen las llaves de su historia.

Sandri: el vicedecano con mirada global

Leonardo Sandri nació el 18 de noviembre de 1943 en Buenos Aires, Argentina, en una familia de origen italiano. Ordenado sacerdote en 1967, inició una destacada carrera diplomática al servicio de la Santa Sede, desempeñándose en nunciaturas de Madagascar, Mauricio, Venezuela y México. En el 2000 fue nombrado Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes del Vaticano. ​

En el 2007, Benedicto XVI lo nombró prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, cargo que ocupó hasta el 2022. Desde el 2020 es vicedecano del Colegio Cardenalicio. Aunque no podrá votar en el cónclave, su experiencia y sus relaciones internacionales lo posicionan como un actor clave en las deliberaciones previas a la elección del nuevo pontífice.

¿Cómo se elige al nuevo papa?

Tras el fallecimiento de Francisco, el proceso para elegir a su sucesor se rige por normas establecidas en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. El Camarlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell, anuncia oficialmente la muerte del pontífice, sella los aposentos papales y organiza el funeral.​

Posteriormente, se convocan las congregaciones generales, reuniones de los cardenales para discutir el estado de la Iglesia y preparar el cónclave. Aunque solo los cardenales menores de 80 años pueden votar, los mayores de esa edad, como Re y Sandri, pueden participar en estas congregaciones, aportando su experiencia y perspectiva.​

El cónclave se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores votan en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo papa. Una vez elegido, el decano del Colegio Cardenalicio le pregunta al elegido si acepta el cargo y qué nombre desea adoptar. Tras su aceptación, se anuncia al nuevo pontífice al mundo con la tradicional frase ‘Habemus Papam’.​

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