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El portaaviones más grande del mundo y los bombarderos estratégicos que ponen a Venezuela en tensión máxima
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El anuncio del emplazamiento del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y poderoso del mundo, y el sobrevuelo de bombarderos estratégicos estadounidenses sobre el Caribe, ha elevado la tensión en Venezuela. Además, Estados Unidos alista maniobras militares en Trinidad y Tobago. Washington asegura que se trata de acciones relacionadas con las interdicción de drogas, pero en Caracas la lectura es otra: una advertencia directa al régimen de Nicolás Maduro para que deje el poder. Este contexto plantea una pregunta inquietante: ¿Es solo un mensaje de fuerza o el preludio de una escalada militar directa en territorio venezolano?
Este martes, Estados Unidos anunció que mató a 14 personas tras atacar a cuatro lanchas que vinculó con el narcotráfico en aguas del océano Pacífico. Se trata de la última acción armada que se inició hace dos meses en el mar Caribe y que hasta el momento ha dejado 57 fallecidos.
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El secretario de Guerra, Pete Hegseth, informó que ocho “narcoterroristas” murieron en el ataque a la primera embarcación, cuatro en la segunda y dos de los tres que iban a bordo de la tercera. No dio detalles sobre la cuarta lancha.
Yesterday, at the direction of President Trump, the Department of War carried out three lethal kinetic strikes on four vessels operated by Designated Terrorist Organizations (DTO) trafficking narcotics in the Eastern Pacific.
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) October 28, 2025
The four vessels were known by our intelligence… pic.twitter.com/UhoFlZ3jPG
En agosto, Estados Unidos ordenó uno de los despliegues militares más grandes en el mar Caribe de los últimos años, con al menos ocho buques de guerra y un submarino. También envió a Puerto Rico aviones caza F-35 de última generación. La semana pasada se anunció el emplazamiento del portaaviones USS Gerald Ford, el más moderno de la flota estadounidense. Y el lunes dos bombarderos B-1B sobrevolaron el mar Caribe frente a la costa de Venezuela.

Estados Unidos acusa a Nicolás Maduro de liderar el Cártel de los Soles, una supuesta mafia a la que Washington señala de inundar de droga su territorio. Por la captura del mandatario venezolano se ofrece una recompensa de 50 millones de dólares.
De acuerdo con la agencia EFE, el portaaviones USS Gerald R. Ford ya se encuentra en camino y podría estar en la primera semana de noviembre cerca de las costas venezolanas.
Al momento de la orden de traslado hacia el Caribe, el USS Gerald R. Ford estaba en el Mediterráneo, operando bajo el mando de la United States Sixth Fleet. Ahora está saliendo de la zona europea en camino a su nuevo destino.
El domingo, el portal WarshipCam publicó una imagen del portaaviones en navegación a la altura de Split, Croacia.
En cuanto a los bombardeos estratégicos, datos del sitio web Flightradar 24 citados por la agencia AFP, muestran que los dos B-1B, que despegaron de una base aérea en el estado de Dakota del Norte, volaron el lunes de manera paralela a la costa venezolana antes de desaparecer de la vista.
Además, la semana pasada otro bombardero B-1B voló cerca de la costa venezolana; y otros dos B-52 hicieron lo mismo una semana antes, exactamente a 213 kilómetros de la costa del país caribeño.

Otro hecho que ha causado inquietud en Venezuela es la llegada el fin de semana del buque de guerra USS Gravely a Trinidad y Tobago para realizar maniobras militares conjuntas con las fuerzas de este país.
También está previsto el arribo de la 22 Unidad Expedicionaria de Marines (MEU, por sus siglas en inglés), una fuerza de respuesta rápida del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.
En Trinidad y Tobago se ha anunciado que las actividades que se desarrollarán incluyen entrenamiento en tácticas de infantería, mantenimiento, capacidades médicas avanzadas, interoperabilidad y uso de instalaciones de la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago.
A manera de represalia, Venezuela anunció el lunes la suspensión del acuerdo energético que mantenía con Trinidad y Tobago.
“He aprobado la medida cautelar de suspensión inmediata de todos los efectos del acuerdo energético y de todo lo convenido en esa materia. Es una medida cautelar a la cual tengo potestad como presidente y he aprobado y he firmado. ¡Suspendido todo!”, dijo Maduro en su programa de televisión.
Maduro acusó a la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, de ser una “alcahueta propulsora de la guerra por sus propias debilidades personales, físicas, mentales y morales”.
Antes de las palabras de Maduro, la primera ministra le dijo a la agencia AFP: “Nuestro futuro no depende de Venezuela y nunca lo ha hecho”,
El domingo Venezuela también informó que desmanteló una supuesta “célula criminal” vinculada a la CIA que buscaba atacar el USS Gravely para incriminar a Caracas, en lo que denominó una operación de falsa bandera para justificar una intervención militar de Estados Unidos.
Una escalada planificada
Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa e inteligencia, le dijo a El Comercio que los últimos movimientos de activos militares estadounidenses en el Caribe responden a un proceso de escalamiento planificado, enmarcado en la creciente tensión bilateral entre Washington y Caracas.
“El primer indicio de este aumento de presión fue la transferencia de cazabombarderos F-35 a Puerto Rico”, señaló el experto. “A eso se sumó la presencia de los drones de ataque Reaper MQ, conocidos por su papel en la eliminación del general iraní Qasem Soleimani en Irak”, agregó.
Posteriormente, explicó, el gobierno de Donald Trump anunció que la CIA fue autorizada a realizar operaciones de inteligencia intrusiva en Venezuela, un paso que marcó la transición de una fase de disuasión pasiva a una más agresiva.
En cuanto a los sobrevuelos de los bombarderos estratégicos B-52 y B-1B Lancer, manifestó que su objetivo sería “probar la capacidad de alerta temprana y de respuesta inmediata del sistema de defensa antiaéreo venezolano”.
En palabras de Gómez de la Torre, el desplazamiento del portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe constituye “el corolario de toda esta secuencia”. Según su lectura, Washington estaría configurando una suerte de “tenaza” sobre el espacio aéreo y marítimo venezolano, utilizando bases y aliados en Puerto Rico, Trinidad y Tobago e incluso Guyana.
“Se trata de una operación de presión y advertencia —explicó—, una demostración de fuerza más que una acción bélica directa. Estados Unidos sigue apostando a una implosión interna del régimen de Maduro, aprovechando las fracturas dentro del chavismo o, en un escenario extremo, a ejecutar operaciones selectivas de extracción o ataques puntuales sobre blancos de alto valor”, señaló.
Sin embargo, advirtió que esta estrategia tiene un límite temporal y político. “Mantener estos activos militares en el Caribe tiene un costo enorme. Si finalmente Estados Unidos se ve obligado a retirarlos sin resultados concretos, eso se leería como un triunfo simbólico para Maduro. El riesgo, entonces, es gastar una fortuna para volver al statu quo”.
¿Cómo es el portaaviones USS Gerald R. Ford?

El portaaviones USS Gerald R. Ford es una de las máquinas de guerra más avanzadas del planeta que empezó a operar en el 2017.
Concebido para dominar los mares durante 50 años, este coloso nuclear representa la nueva generación de superportaaviones de la clase Ford, diseñada para sustituir progresivamente a los veteranos de la clase Nimitz.
Tiene 333 metros de eslora (el equivalente a tres canchas de fútbol) y es capaz de desplazar más de 100.000 toneladas.
El Gerald R. Ford puede lanzar hasta 160 operaciones aéreas diarias, una cifra sin precedentes que le permite mantener una ofensiva constante o reaccionar ante cualquier amenaza en minutos.
Funciona a propulsión nuclear, lo que le permite operar más de 25 años sin necesidad de repostar combustible, garantizando una autonomía prácticamente ilimitada y reduciendo la dependencia logística.
Entre sus innovaciones destacan el EMALS, un sistema de catapultas electromagnéticas que reemplaza a las tradicionales de vapor y permite lanzamientos más suaves, rápidos y eficientes para aviones de combate, drones y aeronaves de reconocimiento. También incorpora el Advanced Arresting Gear, un sistema de frenado digital que mejora la seguridad de los aterrizajes.
El USS Gerald R. Ford puede transportar más de 75 aeronaves, incluidos los cazas furtivos F-35C Lightning II, los F/A-18 Super Hornet, helicópteros Seahawk y drones de vigilancia MQ-25 Stingray. Su dotación supera los 4.500 tripulantes.
Cuenta con radares de matriz activa, una defensa antimisiles integrada y un sistema eléctrico capaz de alimentar armas de energía dirigida en el futuro, como cañones láser o armas electromagnéticas.
Bombarderos estratégicos

El B-1B Lancer es uno de los bombarderos estratégicos más rápidos y versátiles de Estados Unidos. Diseñado durante la Guerra Fría para penetrar defensas soviéticas, combina velocidad supersónica, sigilo y gran capacidad de carga.
Tiene una velocidad máxima de Mach 1.25 (1.500 km/h) y un alcance superior a los 12.000 kilómetros. Puede volar largas distancias sin reabastecerse y operar a baja altura para evitar radares enemigos.
Su ala de geometría variable le permite cambiar la forma en pleno vuelo: extendida para misiones de largo alcance, o retraída para ataques a gran velocidad.
Puede transportar hasta 34 toneladas de armamento, incluyendo bombas guiadas de precisión, misiles de crucero y proyectiles de largo alcance.
Originalmente fue concebido para portar armas nucleares, pero hoy es usado principalmente para misiones convencionales de ataque estratégico, como las realizadas en Irak, Afganistán y Siria.

Mientras que el Boeing B-52 Stratofortress es la leyenda viva de la aviación militar de Estados Unidos, pues entró en servicio en 1955, aunque su diseño ha sido actualizado numerosas veces, por lo que sigue siendo el pilar de la disuasión aérea norteamericana.
Puede volar más de 14.000 kilómetros sin repostar y alcanzar alturas de 15.000 metros, lo que lo convierte en una plataforma ideal para lanzar misiles o bombas desde posiciones seguras.
Su capacidad de carga es de 31 toneladas de armamento, entre bombas de caída libre, misiles de crucero y armas nucleares.
El B-52 ha sido modernizado con sistemas electrónicos avanzados, radares AESA y la posibilidad de portar misiles hipersónicos, lo que lo mantiene vigente siete décadas después de su primer vuelo.










