Hacia una agenda económica cooperativa, por Luis Valdivieso
Hacia una agenda económica cooperativa, por Luis Valdivieso
Luis Valdivieso Montano

La madre Teresa de Calcuta dijo: “Yo hago lo que usted no puede y usted hace lo que yo no puedo; juntos podemos hacer grandes cosas”. En nuestro país, Pedro Pablo Kuczynski de Peruanos por el Kambio (PPK) ha obtenido el mandato presidencial y Fuerza Popular (FP) la mayoría congresal. Esta composición de fuerzas podría dificultar la implementación del plan de gobierno del Ejecutivo y la gobernabilidad del país. 

Hay entonces un llamado creciente a los líderes a dialogar y buscar consensos que promuevan la unidad nacional. La base del acercamiento requiere desarrollar una agenda cooperativa de acción gubernamental que conjugue las propuestas de los respectivos planes de gobierno. 

Las discusiones entre PPK y FP deberían iniciarse en paralelo al proceso de transferencia y será importante discutir tanto las medidas que requieren cambios en leyes como aquellas que el Ejecutivo pudiese aprobar independientemente. El objetivo es lograr un acuerdo en el cual ambos ganen sin comprometer sus principios, regla básica para cualquier negociación exitosa. 

Las principales áreas en el campo económico en las que se debería avanzar son:

Reactivación económica: ambos partidos coinciden en impulsar la demanda interna vía una política fiscal contracíclica. Existe plena coincidencia en aumentar el gasto en infraestructura y destrabar los proyectos paralizados, pero hay diferencias en las medidas tributarias para estimular el consumo y la inversión de las grandes empresas y las mypes, y sobre las fuentes más adecuadas para el financiamiento de la infraestructura. 

Las diferencias tributarias se pueden eliminar luego de un análisis conjunto del impacto sobre la sustentabilidad fiscal de largo plazo. Para financiar la infraestructura, PPK propone un mayor endeudamiento público y participación privada (dado que la deuda pública y las tasas de interés son bajas), mientras que FP propone usar el fondo de estabilización fiscal (FEF) que está reservado para emergencias. Existe espacio fiscal para un mayor endeudamiento (la deuda pública alcanzaría 25% del PBI este año), pero este espacio no es ilimitado, puesto que hay obligaciones contingentes que se deben considerar y, según el último informe de transparencia fiscal del FMI (2015), pueden llegar a ser el doble de este coeficiente. Usar el FEF no es una buena práctica fiscal, pero se podría evaluar su uso excepcional para financiar infraestructura en zonas declaradas en emergencia, como parte del “adelanto social” de PPK. 

Las necesidades de financiamiento hacen más necesaria y urgente la reforma integral del sistema de pensiones. En los últimos 15 años, la inversión en infraestructura del sistema privado de pensiones (US$6.500 millones) significó la cuarta parte de la inversión total en este rubro. Las leyes recientemente aprobadas y otras en curso que permiten retirar los fondos de pensiones van a reducir el ahorro de largo plazo, dejando a muchos compatriotas sin pensiones y eliminando una importante fuente nacional de financiamiento para las inversiones, especialmente para infraestructura. 

Diversificación productiva: Ambos partidos ven este punto como un apoyo al crecimiento sostenido y para reducir la vulnerabilidad a las fluctuaciones de precios internacionales y de la demanda externa. Las diferencias están en las prioridades sectoriales. Dado el bajo nivel de confianza de los sectores empresariales, debería dársele un rol líder al sector minero, que sigue siendo el motor más importante de nuestro crecimiento, para lo cual habrá que concentrarse en lograr acuerdos sobre cómo formalizar a los mineros informales, solucionar conflictos sociales y reducir la tramitología. 

Formalización: Ambos partidos coinciden en la necesidad de aumentar la formalidad, pero no en los mecanismos para lograrlo. Se requiere acordar la forma y cuantía de los incentivos fiscales que faciliten la formalización de empresas y cómo mejorar la gestión de la Sunat para reducir la evasión tributaria. 

Respecto a la formalización laboral, ambos proponen fortalecer el Consejo de Trabajo y las fórmulas para la determinación del salario mínimo, pero sorprende que ninguno proponga frontalmente reducir la inflexibilidad laboral. De acuerdo al ránking de competitividad del Foro Económico Mundial, de 140 países, ocupamos el puesto 69 en eficiencia del mercado laboral y el 133 en prácticas de contratación y despido. PPK propone una reducción desfasada de 10% en los sobrecostos laborales y FP propone discutir la Ley General de Trabajo, pero no la Ley de Estabilidad Laboral. Esta es la oportunidad de diseñar una política laboral que privilegie el empleo y la formalidad, en lugar de limitarse a proteger los derechos adquiridos. 

Descentralización y reforma del Estado: Si bien ambos tienen propuestas muy elaboradas, los temas en los que hay mayor posibilidad de acercamiento son fortalecer rápidamente los grupos gerenciales de los gobiernos subnacionales a través de Servir, dar apoyo descentralizado para echar a andar los proyectos paralizados y desarrollar nuevos proyectos de inversión, y acelerar la adopción de nuevas tecnologías de información. Los cambios en la asignación de mayores recursos fiscales y de responsabilidad de gastos a las regiones y municipios serán más efectivos una vez que se mejore la capacidad de gestión.

La determinación de PPK y FP de acordar e implementar medidas consensuadas en las áreas económicas sugeridas dinamizará el crecimiento económico, restablecerá la confianza de los consumidores e inversionistas privados y, lo más importante, generará empleo digno y formal, que es la mejor política para reducir la pobreza y aumentar el bienestar de la población.