La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) busca solucionar el problema del tránsito en Lima y Callao. (Foto: GEC)
La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) busca solucionar el problema del tránsito en Lima y Callao. (Foto: GEC)
Adrián Revilla Vergara

Hemos recibido la mala noticia de que es la tercera ciudad, entre 403, con el peor del mundo, lo que genera un 58% más de demoras en los desplazamientos. ¿A qué se debe? Hay múltiples factores, pero uno de los principales son las vías e intersecciones muy mal diseñadas que propician y aumentan la congestión. No podemos negar que contribuyen también los pésimos e irrespetuosos conductores y los peatones imprudentes, pero la base de la futura solución está en el rediseño de vías, una correcta señalización y un sistema semafórico integrado. Paralelamente, un  eficiente.

El mal diseño se refleja cuando vemos, por ejemplo, vías que permiten el giro a la izquierda sin un carril especial donde esperen los vehículos para cruzar; cuando los vehículos que recogen pasajeros no tienen espacio para hacerlo alejados un poco de la vía, siendo peor en esquinas semaforizadas cuando cambia la luz a verde. También cuando vemos carriles que de tres pasan a dos y viceversa, carriles que desaparecen, señalización equivocada o no visible, pasos peatonales y semáforos mal programados y ubicados, límites de velocidad sin lógica, rompemuelles por doquier, etc.

Ciudades con mayor densidad vehicular que Lima tienen un tráfico más fluido; ello porque por una intersección semaforizada deben pasar entre 800 y 900 vehículos por carril/hora. Nuestra asociación Cruzada Vial comprobó que en Lima solo fluyen de 400 a 600 vehículos por carril/hora. Por tanto, si solo mejoramos las intersecciones sin necesidad de ampliar nuevos carriles, habremos incrementado la fluidez vehicular entre un 40% y un 50%. Antes de construir nuevos carriles, debemos corregir las intersecciones. En Peachtree Road, Atlanta, EE.UU., fluyen en hora punta 5.700 vehículos con solo tres carriles por sentido y giros a la izquierda. En cambio, en la Av. Javier Prado, entre las Av. Arequipa y Begonias, solo fluyen 4.420.

Por otro lado, deben diseñarse también paraderos que no impidan el flujo vehicular. Solo un buen diseño permitirá que el transporte público, prioritario frente al transporte en automóvil, pueda desplazarse adecuadamente y llegar a tiempo a los paraderos. Debe sumarse un buen diseño de ciclovías, ciclocarriles y carriles compartidos con bicicletas, así como veredas y pasos peatonales adecuados y a nivel. Todo eso es posible. Grandes ciudades en el mundo han sido rediseñadas así y es posible hacerlo en Lima. Lo único que se necesita es la decisión de parte de la autoridad. Se ha calculado que en cuatro o cinco años, a un costo de unos US$700 millones, se pueden lograr rediseños de bajo costo, señalización y semaforización para toda Lima, cifra ínfima frente a los US$8 mil millones que perdemos por el caos actual.

La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) se encargará del transporte de carga y personas solo para Lima y Callao. El tránsito y la seguridad vial a nivel nacional no son de su competencia, como muchos creen. Por ello, en Cruzada Vial hemos propuesto, desde el 2010, la creación de una Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial que supervise, fiscalice y lidere el camino a la solución en todo el Perú, de tal manera que todas las autoridades encargadas de velar por el tránsito y el rediseño vial respondan a ella.

*El autor también es gerente general de la Asociación Automotriz del Perú (AAP).