¿Dakar por TV?, por Arturo Woodman
¿Dakar por TV?, por Arturo Woodman
Redacción EC

ARTURO WOODMAN

Empresario

A raíz de la discutible medida que ha tomado el , y sin duda con la aprobación del presidente de la República y del Ministerio de Economía, de no aceptar que el vuelva a realizarse en el Perú el año 2015, aduciendo falta de recursos, sin tener en cuenta lo ofrecido a los organizadores y al pueblo peruano y sin consideración que dicho evento ya tuvo éxito: promocionó el turismo, el deporte del automovilismo, generó una publicidad gratuita a través de 1.200 horas de cobertura internacional y logró que entre dos a tres millones de peruanos lo vieran gratuitamente a lo largo de su recorrido.

A pesar de todos estos claros beneficios, han surgido planteamientos contradictorios como los sostenidos por el Gobierno y lo expuesto hace algunos días en el artículo del economista Iván Alonso, publicado en este periódico, el cual en el fondo ha propuesto que dicho evento se organice en el extranjero y que los peruanos lo deberíamos ver solo por el canal deportivo Fox Sport.

Entre los argumentos que expone el doctor Iván Alonso indica que las cifras dadas de US$278 millones por ingresos turísticos y de los US$359 millones por publicidad indirecta que recibe el país son exageradas, pero sin hacer mayores precisiones.

Coincido que el total del beneficio estimado en US$637 millones (278 millones + 359 millones) podría no ser exacto. Pero sí estoy seguro de que la relación de la cifra real de beneficios obtenidos relacionada al costo de realizar el Dakar que está en el orden de US$12 millones, supera con facilidad un mínimo de 30 a 40 veces esta cifra, que como es conocido en cualquier inversión planteada por el sector público o privado es aceptada y beneficiosa. Incluso, parte del costo podría haber sido asumida por las regiones beneficiadas con el paso del Dakar.

Independientemente de lo expuesto, es inaceptable que la ministra de Comercio Exterior y Turismo manifieste que como tendríamos asegurada la ocupación de los hoteles en verano de 2015, ya no era necesario que vinieran más turistas al país. Esta apreciación sin duda va en contra de la necesidad que tenemos de crecer en todas nuestras actividades, incluido el turismo. Ojalá no nos contagiemos de este planteamiento y dejemos de invertir en ampliar los aeropuertos, las carreteras, los colegios, los puertos, las avenidas, los restaurantes, etc. porque ya están saturados. Así como tampoco debemos planificar ninguna actividad deportiva, cultural, educativa o de entretenimiento, etc.

Siguiendo este último y singular criterio, países como Brasil no deberían estar organizando grandes eventos como la y las Olimpiadas, igualmente nosotros tendríamos que dejar de promocionar actividades como el Panamericano en 2019, entre muchas otras que demandarían realizar una inversión, pues estarían considerando que sería mejor que otros países los organicen y que nuestras diferentes delegaciones simplemente concurran y los peruanos lo apreciemos por diferentes medios de comunicación. Incluso, podríamos llegar al extremo de no promocionar el turismo en Cusco, Machu Picchu, las fiestas regionales como el Inti Raymi o la Candelaria en Puno o los Carnavales de Cajamarca, todo por la saturación de sus hoteles. Al fin y al cabo, pueden ser vistas por televisión.