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Del sólido norte al sur contestatario
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Es interesante observar los movimientos y cambios en las que podrían producirse en las macrorregiones del país.

APP le arrebató al aprismo el control político que durante décadas ejerció en el sólido norte, e hizo de esa zona su bastión, en disputa con el fujimorismo y Somos Perú. Hoy, ese control se ha debilitado por la relación del acuñismo con Dina Boluarte y por las constantes investigaciones y denuncias difundidas sobre la gestión de APP en gobiernos regionales y locales del norte. Esto abre la posibilidad de arrebatarle a los apepistas el control electoral de más de una década en esa zona.

Si tomamos en cuenta que el electorado de la costa norte es mayoritariamente de centroderecha, que se trata de la región más golpeada del país por la delincuencia, y que el Estado (Ejecutivo y gobierno regional) ha fracasado en ofrecer seguridad, se puede concluir que el discurso de la mano dura de la derecha puede tener mucho apoyo.

El norte del país tiene, en números gruesos, un electorado de cuatro millones de peruanos, por lo que se constituye en un bolsón electoral muy importante que, sumado a lo que se pueda sacar en Lima (ocho millones de electores que serán muy disputados por la derecha), permitiría hacer frente a los 3,6 millones de votantes de la zona sur (en la costa sur son 1,6 millones y en la sierra sur, dos millones) y la sierra central (tres millones).

La zona sur es considerada la región radical, incluso en Arequipa, Moquegua y Tacna, que en décadas pasadas tenían una fuerte presencia de la derecha y el centro. Allí predominan las tendencias de izquierda, existe un profundo rechazo a quienes le dieron soporte a Dina Boluarte y, por todo lo ocurrido al inicio de ese gobierno (más de 50 muertos durante las protestas), el discurso de la “mano dura” y la presencia de la derecha que conocen como “terruqueadora” puede ser contraproducente.

Sin embargo, hay un dato interesante: en ninguna encuesta figura hasta hoy, en un lugar expectante, una candidatura de izquierda o radical. López Chau (¿social cristiano, centroizquierda o izquierda?) tiene apenas 2%, y los demás están en “otros”, lo que significa que (aunque es muy prematuro) o el sur y la sierra central ya no son tan radicales de izquierda o, hasta el momento, ningún candidato de izquierda satisface o entusiasma al electorado de esa zona. ¿Es una oportunidad? Claro que sí. La pregunta es: ¿para quién?

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Enrique Castillo es analista político.

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