“A pesar de que tenemos evidencia de que elevar la calidad de los docentes es la estrategia más poderosa para mejorar la educación e igualar las oportunidades, esta es muy difícil de mantener”. (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
“A pesar de que tenemos evidencia de que elevar la calidad de los docentes es la estrategia más poderosa para mejorar la educación e igualar las oportunidades, esta es muy difícil de mantener”. (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
/ Víctor Aguilar Rúa
Barbara Bruns

En los últimos años, las pruebas internacionales más respetadas demuestran que el Perú ha avanzado más en educación que cualquier otro país de América Latina. Entre el 2009 y el 2018, las pruebas globales revelan que un joven de 15 años en el Perú hoy domina un año completo más de contenido en matemáticas, ciencias y lenguaje que su contraparte en el 2009. Esto es algo que pocos países han logrado. Además, las investigaciones muestran que los niños de las zonas rurales más remotas, a menudo los más pobres, lograron más avances en el aprendizaje entre el 2015 y el 2018 que nunca. No es exagerado decir que por primera vez en la historia del Perú se están cerrando las brechas terribles, persistentes e injustas entre la educación de la niñez urbana y la rural.

¿Cómo ha sucedido todo esto? Mediante una fórmula fácil de identificar, pero difícil de implementar: elevando la calidad de los profesores. Investigaciones en todo el mundo dan cuenta de que lo que aprenden los niños en la escuela depende principalmente de cuánto saben sus maestros y cuán efectivos son en el aula. También muestran que no se puede garantizar la calidad de los profesores únicamente en base a sus títulos académicos, porque la calidad de la formación del profesorado en muchos países es variable. La experiencia global también confirma que elevar los salarios de los buenos profesores es un elemento crítico, pero solamente si son parte de un proceso de selección más exigente.

Entonces, ¿cómo seleccionar a los mejores? Un estudio de la Fundación Gates concluyó que la mejor manera es a través de una estrategia de tres partes que combine pruebas académicas para medir el conocimiento de los docentes, la observación directa de su enseñanza en el aula y entrevistas para evaluar sus cualidades interpersonales y motivación. Esto ha funcionado en Washington, DC, donde vivo, y desde el 2012 hasta el mes pasado ha estado funcionando en el Perú.

En el 2012, el Perú inició una reforma de la educación que tiene un objetivo central y simple: asegurar que los niños tengan excelentes maestros. Como en cualquier otro país, si la calidad de los maestros varía, los peores maestros terminarán agrupados en las escuelas más pobres, a menudo en áreas remotas o vecindarios peligrosos. Los buenos maestros siempre tienen más opciones y es normal que prefieran trabajar en escuelas en mejores condiciones. Así, esas escuelas ya favorecidas mejoran, mientras las desfavorecidas empeoran. Los niños nacidos en familias con pocos recursos y oportunidades sufren un golpe más: pierden la oportunidad de una educación de calidad, que es la palanca más poderosa para desarrollar el potencial humano y sacar a los estudiantes y a sus familias de la pobreza.

Pero a pesar de que tenemos evidencia de que elevar la calidad de los docentes es la estrategia más poderosa para mejorar la educación e igualar las oportunidades, esta es muy difícil de mantener. ¿Por qué? Porque los profesores que no cumplen con los estándares de selección en muchos países se convierten en un bloque político que ataca esos mismos estándares. Y esto es lo que parece estar sucediendo en el Perú.

La , la primera fase de la evaluación para la selección de maestros, ha sido administrada con éxito desde el 2015. Pero el 13 de noviembre, por primera vez, hubo de la prueba, lo que ha comprometido la equidad y validez del proceso de selección.

La fuente de la filtración está siendo investigada y es primordial establecer qué pasó, cómo, por qué y quiénes se beneficiaron. Esta investigación parece más crítica aun porque es la primera vez en la historia del PUN que se administra bajo el control de que se ha opuesto activamente a las evaluaciones docentes en el pasado; así como lo ha hecho el presidente .

La PUN es una prueba desafiante. Puedo confirmar esto después de tomar una versión traducida al inglés. Pero una investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proporciona evidencia importante acerca de que los puntajes de los maestros en la PUN predicen su efectividad para ayudar a sus estudiantes a aprender. Entonces, los altos estándares de la PUN tienen una gran recompensa en la calidad de la educación.

En este contexto, su interrupción y los rumores de que su filtración se gestó del ministerio son terriblemente inquietantes. Los avances del Perú en educación son la envidia de otros países latinoamericanos. Este no es el momento de cambiar las políticas que están aumentando las oportunidades de aprendizaje y vida de los niños peruanos.