Andrés Manuel López Obrador lidera encuesta rumbo a elecciones en México. (Foto: Reuters)
Andrés Manuel López Obrador lidera encuesta rumbo a elecciones en México. (Foto: Reuters)
Gustavo López Montiel

El domingo se desarrollarán las elecciones más complejas en la historia reciente de . Además de un presidente, 500 diputados y 128 senadores en el orden federal, se elegirán nueve gobernaciones, 28 congresos locales y 1.619 ayuntamientos. Todo lo anterior en 30 de los 32 estados que tiene el país y en un sistema electoral que se ha centralizado en los últimos años a pesar de las condiciones de autonomía que el federalismo impone. En el contexto presidencial, compiten tres grandes alianzas en una sola vuelta, además de un candidato independiente con pasado partidario, que cuenta con menos del 3% de las preferencias.

De acuerdo a las encuestas, (conocido como AMLO), líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en alianza con el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES) –que tiene una base evangélica–, busca por tercera vez la presidencia, basando su campaña en un discurso que, al simplificar el conflicto político planteando dicotomías como ‘ricos contra pobres’, ‘poderosos contra sometidos’, ‘buenos contra malos’ o ‘mafia del poder contra víctimas’, ha resultado atractivo para muchas personas que buscan castigar al gobierno actual.

Con una ventaja que algunos calculan hasta en diez puntos por encima del segundo lugar, López Obrador ha planteado un discurso ambiguo, debido a la multiplicidad de posiciones políticas que conviven en su alianza. Pues en esta confluyen desde los viejos integrantes del Partido Comunista hasta aquellos que se encuentran en el conservadurismo evangélico, pasando por ex priistas, ex panistas y otros ‘ex’ de varias posiciones políticas que configuran una complejidad de argumentos, algo que, en el caso de ganar, podría dificultar el acuerdo de posiciones de gobierno y de política pública. Un ejemplo de esto último es que, al ser preguntado sobre el aborto, López Obrador ha dicho: “Las mujeres merecen ir al cielo”, o ha respondido que preguntará al “pueblo” para posicionarse. Declaraciones que le han valido críticas por pasar de una perspectiva de izquierda a una mucho más conservadora, con una base discursiva cercana a los esquemas religiosos.

En el segundo lugar se ubica Ricardo Anaya, del derechista Partido Acción Nacional (PAN), que junto al izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), configuran una opción opositora. Además de plantear la posibilidad de investigar y encarcelar al actual presidente por sus actos de corrupción, Anaya es también el candidato más joven, lo que le ha valido diversos ataques, no solo de sus opositores, sino también de las estructuras del gobierno federal.

La alianza que lidera Anaya también es compleja, pues el PAN y el PRD fueron históricamente contendientes (a pesar de que en los últimos años han planteado coaliciones electorales exitosas que los llevaron a juntarse para la elección presidencial). Sin embargo, Anaya también fue un aliado cercano al gobierno federal actual, hasta su rompimiento en los últimos meses.

En tercer lugar, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), en alianza con el Partido Verde (PVEM) y el Partido Nueva Alianza (Panal), lleva como candidato a José Antonio Meade, que ha ocupado distintos cargos públicos en gobierno priistas y panistas, pero que ahora carga, además de con la deteriorada imagen del PRI, con los escándalos de corrupción del sexenio del presidente Peña Nieto. Meade, además, no ha marcado distancia del actual mandatario y ha planteado la continuidad de las políticas de los años recientes, lo que podría explicar su rezago importante con respecto al primer lugar –que algunos ubican hasta en 30 puntos–.

La elección es compleja no solo por la competencia descrita, sino porque el modelo de comunicación que regula la campaña es muy restrictivo, lo que no permite la posibilidad de una confrontación real de propuestas y pasados. Además, a una semana de los comicios, más de 100 políticos han sido asesinados, en un contexto de violencia asociada a distintas formas de crimen –no solo narcotráfico–, que buscan incidir en quién gana una elección en el espacio local, donde se puede controlar a los policías municipales y estatales.

En esta campaña no se discute el futuro de México, pues los candidatos no han planteado proyectos estructurados para ello, a diferencia de otros países de la región, que cuentan con proyectos claros para incorporarse a las megatendencias que serán determinantes en las décadas siguientes. Esta falta de propuestas es riesgosa, más aun tratándose de un país como México, que debe tratar problemas como la pobreza, el modelo económico y la deteriorada relación con Estados Unidos.