¿A dónde va Essalud?, por Alejandro Arrieta
¿A dónde va Essalud?, por Alejandro Arrieta
Alejandro Arrieta

El sistema de salud peruano se está distanciado del paciente. La calidad de la atención en los establecimientos públicos de Essalud y el Ministerio de Salud (Minsa) es deficiente. 

Dos encuestas recientes revelan la magnitud del problema. En la encuesta nacional de satisfacción de usuarios en salud de este año (), dirigida a más de 13.000 pacientes de consulta externa a nivel nacional, alrededor del 30% de usuarios de servicios públicos no estuvo satisfecho con el servicio recibido –en el sector privado este porcentaje fue del 10%–. En la encuesta , dirigida a más de 1.300 médicos, residentes y enfermeras de Lima y Callao, el 86% de profesionales de establecimientos públicos consideró que el grado de seguridad del paciente en su unidad de trabajo no era óptimo –en el sector privado esta cifra fue de 62%, mientras que en Estados Unidos es de 24%–. 

Un sistema de salud centrado en mejorar y proteger la salud de sus ciudadanos debe dirigirse a consolidar los cuatro pilares de un sistema moderno: acceso, calidad, equidad y eficiencia. El Perú ha dado pasos importantes invirtiendo en mejoras de acceso a la salud a través de mayor cobertura en aseguramiento y ampliación de infraestructura. Sin embargo, no se ha avanzado en términos de calidad, equidad y eficiencia. Lamentablemente, el debate para mejorar el sistema de salud ha saltado directamente al cómo ir, dejando de lado la pregunta inicial de a dónde ir. 

Recientemente, en la polémica del cómo ir, se han propuesto medidas que van desde trasladar a Essalud al Minsa, manteniendo su autonomía, hasta integrarla completamente a la red del ministerio. No existe evidencia consistente de que alguna de estas medidas lleve al sistema a buen norte. En Chile, la red de salud de la seguridad social se integró con la del Ministerio de Salud, sin lograr resolver la brecha de equidad entre ricos y pobres, ni alcanzar niveles óptimos de calidad. Sin embargo, en Costa Rica el Seguro Social absorbió todos los servicios públicos de salud, alcanzando niveles de excelencia en calidad y equidad, aunque generando los gastos más elevados en salud en la región (10% del PBI). 

Integrar Essalud y el Minsa puede reducir costos administrativos en el corto plazo, pero no hay garantía de que mejore la eficiencia de largo plazo, ni mucho menos la calidad. Tanto la encuesta Ensusalud como la HAC sugieren que no hay diferencias significativas en calidad entre ambas instituciones. De la unión de dos instituciones deficientes solo puede esperarse una institución deficiente de mayor tamaño.

Varios obstáculos impiden llevar el sistema de salud a la excelencia, pero el más crítico es la gestión, pues se requiere darle prioridad al recurso humano más que a la ampliación de infraestructura. La encuesta Ensusalud sugiere que la relación médico-paciente es el factor más importante que determina la satisfacción del usuario de salud, mientras que la infraestructura y el equipamiento son de los menos importantes. La encuesta HAC resalta la falta de apoyo de la administración y la falta de recursos humanos como los factores más críticos que afectan la seguridad del paciente. Para volver a poner al paciente en el centro del sistema de salud hay que invertir más en capital humano. Esa es la inversión que hay que destrabar.