Los establecimientos de EsSalud ampliarán sus horarios de atención. (Foto: El Comercio)
Los establecimientos de EsSalud ampliarán sus horarios de atención. (Foto: El Comercio)
Virginia Baffigo

Según el viceministro de Trabajo, Augusto Eguiguren, el Gobierno evalúa reducir la tasa de aporte a de 9% a 5%. Esta información, que concierne a casi once millones de peruanos, merece ser analizada exhaustivamente.

En el Perú, la seguridad social es obligatoria para todos los trabajadores dependientes y comprende tanto salud como pensiones. Antes de la década de 1990, el Seguro Social administraba los dos fondos, a los que aportaban empleadores y trabajadores. Con la reforma de la seguridad social, Essalud (antes IPSS) pasó a administrar solo el fondo de salud con el aporte que realizan los empleadores del 9% del salario.

Como se sabe, Essalud tiene su mayor fortaleza en la atención de enfermedades de alto costo, aquellas que habitualmente no son cubiertas por seguros privados (como el tratamiento de enfermedades degenerativas, psiquiátricas, hemodiálisis, otorgamiento de prótesis, trasplantes de órganos, etc). Ningún seguro privado tiene una cobertura tan vasta como la que ofrece Essalud.

Otras notables diferencias del Seguro Social con los seguros públicos o privados son el pago de cuatro subsidios –maternidad, lactancia, incapacidad para el trabajo y sepelio– y las prestaciones sociales orientadas a los adultos mayores y a las personas con discapacidad. Estos subsidios dan significado a la seguridad social, en tanto protegen a los trabajadores ante el riesgo de enfermar y morir, evitando así la indefensión de los dependientes.

De acuerdo a las estadísticas, sin embargo, el porcentaje de incremento de la recaudación cae año a año, mientras el gasto total por consultante aumenta sostenidamente (10% vs. 27% en el período 2011-2015). Esta inflación de los gastos en salud, que es un desafío universal, amerita mejorar los ingresos de la seguridad social antes que plantear modificaciones que terminen afectándolos.

En la región, el único país que aplica una tasa de aporte similar a la propuesta por el viceministro es Bolivia, que está en 6%. No obstante, el Gobierno Boliviano aporta otro 4%, lo que lleva a un aporte total de 10% para la seguridad social en salud. Por el contrario, en nuestro país, la tendencia es a reducir los aportes a la seguridad social. Recordemos sino la ley que exonera de descuentos a las gratificaciones y la posterior reducción del aporte a las AFP. En ninguno de esos casos el Estado ha compensado a Essalud por esta afectación.

Actualmente el 80% de asegurados en Essalud percibe un salario menor a S/2.000 mensuales, correspondiendo un aporte de S/180 mensuales por familia, monto con el que no podrían pagar una póliza de seguros privada que equipare en beneficios a los del Seguro Social. Esto queda comprobado en la afiliación a las EPS, en las que solo el 22% de afiliados gana menos de S/2.000, situación que es compensada por los beneficios que algunas empresas otorgan a dichos trabajadores.

La modificación del aporte a Essalud en 4 puntos porcentuales supondría una reducción de los ingresos financieros de Essalud del orden de varios miles de millones de soles, imposibles de compensar con algunas de las iniciativas planteadas, como aumentar en 1% el seguro agrario o generar mayor eficiencia en el sistema.

Un estudio actuarial realizado por la OIT el año pasado señala: “Dado el estricto manejo presupuestal que ha adoptado la institución (Essalud) y que se ha reflejado en un forzado equilibrio presupuestal, estos déficits se manifestarán a través de un deterioro sostenido de la calidad y oportunidad de los servicios prestados”.

Si en las condiciones actuales de financiamiento, el pronóstico sobre la sostenibilidad financiera de Essalud es preocupante, con mayor razón tendríamos que preocuparnos si existiera la intención de reducir la tasa de aportes sin mencionar alguna forma de compensación equivalente desde el Estado.