Keiko-PPK: los determinantes del voto, por Carlos Paredes
Keiko-PPK: los determinantes del voto, por Carlos Paredes
Carlos Paredes

El análisis estadístico y econométrico que he realizado sobre los determinantes del voto a nivel regional y provincial de las elecciones del 2006, 2011 y 2016 demuestra que los peruanos no decidimos nuestro voto en el último momento, “casi en la cola para votar”. Revela, más bien, que la variable explicativa más importante es el voto rezagado: el por quién voté en la elección anterior. El que votó por la izquierda en el 2011 muy probablemente lo volvió a hacer en el 2016. Lo mismo es cierto para el que votó por la derecha y, sobre todo, para quien votó por Keiko Fujimori. La memoria del voto fujimorista es la más fuerte de todas.

¿Y la relación entre el voto y la economía del elector? Es muy fuerte. Pedro Pablo Kuczynski (PPK) fue la opción de los más favorecidos (correlación alta y positiva con el índice de desarrollo humano –IDH– y negativa con pobreza y áreas rurales). En contraposición, la izquierda radical y el voto blanco y nulo (B/N) fueron las opciones de aquellos con menos oportunidades (correlación positiva con pobreza y negativa con el IDH). Por su parte, las correlaciones del voto por Keiko indican que ella logró una votación transversal, se situó entre los dos extremos representados por PPK y la izquierda. Logró captar tanto a los electores con muchas como con pocas oportunidades, a ricos y a pobres, a urbanos y a rurales.

Y, entonces, ¿quién ganará el próximo domingo? La elección la decidirán aquellos que en primera vuelta votaron por la izquierda o que optaron por el B/N; en otras palabras, los menos favorecidos del Perú. Estos se parecen muy poco a los que votaron por PPK; están más cercanos a los que se inclinaron por Keiko.

Muchos consideran que la valoración de la democracia y el rechazo a la corrupción serán factores fundamentales en la segunda vuelta. Aunque los demócratas principistas –quienes creen que la democracia es “muy importante”– votaron por PPK o por el centro, y los demócratas pragmáticos –quienes piensan que la democracia solo “es importante”– votaron por Keiko, lo relevante es qué opinan los que votaron por la izquierda radical o B/N. El voto de estos grupos, el que decidirá la elección, muestra una correlación negativa y significativa con la valoración de la democracia o con el rechazo a la corrupción. 

PPK ha buscado inclinar la balanza a su favor apelando a valores democráticos y a la lucha contra la corrupción. En un país donde se elegiría como alcalde de Lima a aquel que “roba, pero hace obras” o en que la población celebra masivamente el cierre del Congreso, no es probable que esa estrategia sea exitosa. Es más, refleja un desconocimiento del segmento de votantes que debió tratar de captar. Y por eso, pero claramente no solo por eso, probablemente Keiko sí va.