Desde su fundación el 18 de enero de 1535 como Ciudad de los Reyes, Lima se consolidó como un centro político, cultural y económico clave durante el Virreinato del Perú, y se destacó como una de las principales ciudades de Sudamérica. Su ubicación estratégica cerca de la costa favoreció su desarrollo comercial y cultural, un atributo que persiste hasta hoy, por lo que se ha consolidado como la capital del Perú y como un referente en la región.
Lima, como metrópoli vibrante y en constante expansión, enfrenta, sin embargo, desafíos que nos hacen cuestionarnos como ciudadanos y como institución educativa comprometida con el desarrollo sostenible de nuestra sociedad. La inseguridad ciudadana –que, según Lima Cómo Vamos, afecta al 70,9% de los limeños– y problemas como la contaminación del aire, la acumulación de basura y la corrupción de funcionarios, reflejan no solo las dificultades estructurales de nuestra ciudad, sino también la necesidad de un liderazgo que inspire soluciones efectivas. El transporte público, utilizado por la mayoría de la población y señalado como insatisfactorio por el 60,9%, evidencia una urgencia por sistemas integrados y sostenibles que transformen la movilidad urbana. Asimismo, retos como la gestión de playas, ríos y áreas verdes urbanas, junto con la preparación ante fenómenos como El Niño, exigen profesionales que aborden estas problemáticas con visión estratégica y compromiso ético.
En los siglos XIX y XX, el crecimiento poblacional y urbanístico de Lima impulsó la creación de nuevas instituciones educativas. En este contexto, la Universidad de Lima busca desempeñar un papel fundamental en la formación de profesionales que contribuyan al desarrollo económico, social y cultural de la ciudad, con programas que se alinean con las demandas de un mundo globalizado y una sociedad en evolución.
Desde nuestra fundación, en 1962, hemos trabajado con el propósito de fortalecer el ecosistema empresarial y social de Lima. Iniciamos con carreras como Administración, Economía, Comunicación e Ingeniería Industrial, enfocadas en formar profesionales capaces de transformar su entorno. Hoy, con programas como la Maestría en Gestión de las Ciudades, las carreras de Ingeniería Civil, Arquitectura e Ingeniería Ambiental, reafirmamos nuestro compromiso con la ciudad, ofreciendo una formación integral que combina conocimientos científicos y humanísticos para abordar los retos urbanos más complejos.
La clave para transformar Lima radica en la colaboración entre la academia, el sector privado y el Estado. En este sentido, las universidades debemos actuar como un puente que facilite la creación de proyectos con impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos. Se debe aprovechar la investigación aplicada y la internacionalización de los programas académicos para que los estudiantes sean agentes de cambio capaces de generar soluciones innovadoras que respondan a las necesidades de nuestra ciudad. En un contexto desafiante, la nuestra es una apuesta clara: formar no solo profesionales, sino también líderes comprometidos con el futuro de Lima.
Uno de los mayores retos que enfrentamos como sociedad es preservar nuestro legado histórico mientras impulsamos el desarrollo sostenible. En este contexto, nuestra universidad ha liderado iniciativas innovadoras como el registro digital del patrimonio arquitectónico de Lima. En los últimos meses, hemos utilizado tecnologías avanzadas –como escáneres láser, drones y metodología BIM– para crear modelos virtuales en 3D que aseguren la conservación de monumentos históricos y permitan su restauración ante posibles desastres.
Este proyecto no solo resguarda nuestra historia, sino que también brinda a nuestros estudiantes la oportunidad de aplicar sus conocimientos en escenarios reales, desarrollando competencias tecnológicas y valores como la responsabilidad social y el compromiso con su comunidad. Además, extendemos este esfuerzo a la infraestructura educativa con el apoyo a la elaboración de los expedientes técnicos de varios colegios de la ciudad de Lima para garantizar su seguridad y facilitar su acceso a un financiamiento.
En este aniversario 490, mi mayor deseo es que Lima avance hacia un futuro donde la sostenibilidad, la seguridad y el transporte público sean prioridades compartidas por todos. Sueño con una ciudad que reconozca su legado histórico mientras abraza la modernidad de manera inclusiva. Desde la Universidad de Lima, mantendremos nuestro compromiso de contribuir al desarrollo de nuestra ciudad, formando generaciones que lideren el cambio y aseguren un futuro más próspero y sostenible.