Orden es seguridad, por Roberto Gómez Baca

ROBERTO GÓMEZ BACA

Alcalde de Santiago de Surco

En los últimos meses la Municipalidad de Santiago de Surco ha retirado dos antenas de telefonía móvil. En ambos casos, el retiro ha sido de manera consensuada con los vecinos y siempre bajo el válido argumento de no contar con una certificación de Defensa Civil que garantice y priorice la seguridad de los vecinos que residen en los predios colindantes a la casa, habitación o edificio que alberga estas enormes estructuras.

Las 300 antenas existentes a la fecha en Santiago de Surco han sido instaladas –en su momento– sin un estudio previo de Defensa Civil, poniendo incluso en riesgo la integridad de las familias que habitan en los predios rentados por diferentes empresas de telefonía.

Como municipio, creemos y apostamos por el uso de nuevas herramientas en tecnología de información y comunicación (TIC). Prueba de ello es la implementación de diversos programas y aplicaciones para smartphone que hemos puesto al servicio de la comunidad en materia de seguridad ciudadana, consultas en línea, la aplicación Surco Alerta, la red inalámbrica para acceso a Internet gratuito en parques, entre otros.

Somos, además, uno de los distritos con mayor número de cámaras de videovigilancia, lo cual nos ha llevado a contar con más de 100 kilómetros de fibra óptica que recorre el distrito interconectando la señal e imagen de estas cámaras con nuestros centros de operaciones y control de las mismas.

En defensa de los legítimos derechos de nuestros vecinos a vivir en un ambiente seguro, proponemos un uso adecuado de las TIC. 

Las antenas no deben ni pueden instalarse en medio de una urbanización o zona residencial, conviviendo con la informalidad con el pretexto de garantizar una adecuada comunicación. Estas deben instalarse en espacios adecuados y siempre con la certeza de contar con un estudio técnico de defensa civil que garantice la integridad de todo ciudadano. Ubicarlas en techos y azoteas de manera indiscriminada y sin un estudio técnico que respalde su instalación es un acto prepotente e irresponsable.

Las antenas deben ser ubicadas en zonas donde no vulneren, incluso, el orden urbanístico.

Desde el 2011, venimos tomando medidas para frenar el crecimiento urbano desordenado del distrito. En este sentido hemos dictado normas para reducir la altura de edificaciones y frenar la entrega de licencias de construcción en zonas donde la densidad poblacional ha crecido de manera desmesurada sin mayor previsión que la de hacer primar intereses comerciales.

Invocamos a las empresas de telefonía a evaluar la ubicación de cada una de sus antenas, no solo en Santiago de Surco, sino en todos los distritos de Lima Metropolitana. Notarán que existen zonas reducidas donde se ha instalado una antena por cada compañía de teléfonos. ¿Acaso no sería mejor reducir tres antenas a una sola, pero con una misma función en beneficio de las empresas de telefonía y de la comunidad? Así tendríamos menos cantidad de antenas vulnerando el orden en la ciudad y la eficiencia en términos de comunicación seguiría siendo la misma.

Finalmente debo agregar que, como municipio, nunca hemos cuestionado las antenas de telefonía móvil por los efectos colaterales que algunos piensan pueden provocar en nuestra salud. No lo hacemos porque no somos el ente competente en esta materia. Y porque creemos que solo se debe cuestionar aquello que está debidamente sustentado.