El papel de los personeros, por Percy Medina
El papel de los personeros, por Percy Medina
Percy Medina

A diferencia de lo que ocurre en muchos países del mundo, en el Perú no es posible pedir un recuento de votos una vez concluido el cómputo de los mismos. Esto debido a que adherimos al criterio conocido como “acta mata voto”, es decir, una vez culminado el escrutinio en mesa y registrado el resultado en el acta, lo único válido es lo que dice este documento. Incluso la ley manda que se destruyan las cédulas usadas para votar, lo cual muchas veces desconcierta a los extranjeros que presencian este acto.

Hasta hace poco más de medio siglo, en el Perú se podía revisar el escrutinio de mesa. Sin embargo, esa posibilidad se convirtió en una fuente para el fraude, pues los votos de las ánforas eran cambiados durante el traslado de las urnas, lo que producía los conocidos anforazos. En la reforma electoral de 1962 se estableció como una de las garantías del proceso electoral el escrutinio en mesa irrevisable, lo cual se ha convertido ya en una tradición en nuestro país.

Como las cifras del acta son la única verdad, es muy importante que los candidatos garanticen que estas reflejen fielmente la votación. En el 2006, dos días después de la primera vuelta, una candidata presidencial me mostró algunas decenas de actas con resultados inverosímiles. Y siendo, efectivamente, muy poco probable que esos resultados fueran auténticos, eran ya inamovibles. 

Lo que caracterizaba a esas mesas de resultados anómalos era haber tenido personeros de cierto partido y haber carecido de personeros de esta candidata. ¿Es posible entonces hacer fraudes de pequeña escala en las mesas de votación? Es muy difícil, pero no imposible. 

En primer lugar, tendrían que coludirse los tres miembros de mesa, lo que no sería fácil. Tendrían que coludirse también, o estar ausentes, los personeros de los demás partidos. También podría ocurrir, pues siempre hay un número significativo de mesas con uno o dos personeros. De ahí que sea una tarea altamente recomendable tener personeros. 

Cubrir la totalidad de las mesas o un porcentaje significativo es la única manera de estar completamente seguros de que los votos obtenidos serán adecuadamente procesados. ¿Y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE)? Nuestros organismos electorales, cada vez más profesionales y confiables, atienden distintos aspectos de la elección, pero el escrutinio en mesa es una tarea eminentemente ciudadana. Está en manos de tres electores designados por sorteo y vigilados por los personeros de las fuerzas políticas. Entonces, es responsabilidad de los partidos tomar en serio esta tarea.

Además, los personeros no solo son importantes para cautelar el voto. Las elecciones ofrecen una oportunidad única para involucrar a los afiliados y simpatizantes en actividades concretas de las organizaciones políticas. Y la labor de personería es, sin duda, una de ellas. 

Los partidos modernos ofrecen pocos espacios para la participación de afiliados de base, y dedicar la jornada electoral a representar a tu partido sin duda refuerza las identidades e involucra a los personeros en la política y en la dinámica partidaria. 

Desplazar un contingente importante de personeros capacitados, motivados y comprometidos es, entonces, una garantía elemental para cuidar los votos, pero es también una manera de hacer formación cívica y política.