(Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
(Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
Fernando Zavala

El crecimiento económico es uno de los factores fundamentales para construir un país desarrollado, crear empleos de calidad y reducir la pobreza. En los últimos 15 años, hemos tenido un crecimiento promedio de 5,4%, la segunda tasa más alta de América Latina, solo por debajo de Panamá. Sin embargo, los promedios muchas veces esconden retos pendientes.

El crecimiento de la economía peruana se puede dividir en tres componentes: el aumento del capital (maquinaria y equipos), la mayor mano de obra y la . La productividad mide qué tan eficiente es el capital y la mano de obra. En los últimos 15 años, el capital y la mano de obra crecieron en conjunto 4,5%, mientras que la productividad creció 0,9%.

En los últimos cinco años, nuestra productividad no solo no se ha incrementado, sino que se ha reducido. Es decir, nos hemos hecho cada vez menos eficientes con los recursos que usamos.

¿Podemos seguir creciendo sin mejorar nuestra productividad? Sí. Pero, es como intentar llegar a 70 kilómetros por hora con un auto que está en el segundo cambio. Lo puedes hacer, pero es un mal uso de tus recursos y hasta podrías quemar el motor. Lo que necesitas es pasar a tercera y luego a cuarta. ¿Cómo logramos eso? Mejorando la productividad, siendo más competitivos.

Este es el reto que hemos asumido desde el Consejo Privado de (CPC): proponer medidas concretas para ser más competitivos. El CPC fue fundado por IPAE y se lanzó en CADE 2017. Busca contribuir a la mejora de la competitividad y al desarrollo del país mediante la articulación del sector público, el privado, la academia, los organismos multilaterales y la sociedad civil, impulsando objetivos concretos y medibles.

Algunos de los determinantes clave de la productividad y la competitividad son conocidos: infraestructura, educación, mercado laboral, logística, sistema de justicia, innovación, entre otros.

En el caso de la infraestructura, hemos tenido avances importantes. La inversión en este rubro (pública y APP) creció en promedio 8% por año en los últimos diez años y los niveles anuales representaron alrededor del 5,5% del PBI, nada mal para estándares internacionales. Hacia adelante, cerrar la brecha de infraestructura implicará una gestión aun más eficiente de los recursos públicos, siendo necesario un mayor enfoque en la calidad de las obras que se ejecuten.

¿Cómo hacerlo? La experiencia de la organización de los Juegos Panamericanos revela cómo se puede lograr una buena gestión cumpliendo los plazos, asegurando la calidad de las obras y generando capacidades en el funcionario público peruano. Todo esto con un marco legal que permite respaldarse en empresas con experiencia local e internacional en la gerencia de proyectos o PMO (por sus siglas en inglés: Project Management Office).

El PMO está presente en todo el ciclo del proyecto, garantiza la calidad de los estudios de preinversión e ingeniería, supervisa el proceso de licitación para que sea transparente y se encarga de que todas las observaciones sean absueltas por expertos. Por ejemplo, la Villa Deportiva tiene un avance del 40% y se proyecta que estará lista antes de la fecha de entrega, según contrato. De igual manera, se estima que las principales obras culminarán por lo menos tres meses antes del inicio del evento.

El esquema PMO ya ha comenzado a utilizarse en la inversión pública. Desde el CPC creemos que debe continuar su expansión progresiva, en especial en los ministerios con mayor presupuesto de obras tales como el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), y el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS); además de Pro Inversión.

Esta es una medida concreta que debe complementarse con una estrategia integral. Por ejemplo, la generación de capacidades a través de los PMO no será suficiente si no se cuenta con los terrenos, los permisos municipales y el retiro de interferencias de manera oportuna, y para esto es necesario lograr una articulación eficiente entre los distintos niveles y entidades del Estado involucrados.

La inversión en infraestructura es una de las áreas clave para retomar el crecimiento de la productividad. Hemos avanzado, sí, pero queda aún mucho por hacer. Nos encontramos en el puesto 72 del Ránking Global de Competitividad, pero en el rubro de calidad de infraestructura estamos en el puesto 86 de 137 países. Debemos exigirnos cada vez más como país para crecer de manera sostenida y crear desarrollo y bienestar para todos. En próximos artículos continuaremos formulando propuestas sobre infraestructura y otros determinantes de la productividad.