La semana pasada, Alemania volvió a poner sobre el tapete uno de los temas más polémicos del mercado laboral en el mundo: la reducción de la jornada de trabajo de cinco días semanales a cuatro y, como es natural, la noticia está generando debate en todos los rincones, incluido el Perú.
El Gobierno Alemán, junto con la consultora berlinesa Intraprenör y la organización “4 Days Week Global” (4DWG), ha iniciado un programa piloto de seis meses para reducir la jornada laboral, una iniciativa en la que están participando 45 empresas para identificar cómo esta medida impacta en la productividad de sus colaboradores y, por ende, en la productividad empresarial.
Este es uno de los temas que más discusión y expectativa genera en el mercado laboral, pero, al margen de las posiciones a favor o en contra, aquí hay dos aspectos fundamentales para analizar referentes a su impacto: la salud mental de los colaboradores y la productividad de las empresas.
En primer lugar, para tener una idea de lo relevante que es la salud mental, es importante recordar que, en el 2022, más de 50 millones de personas renunciaron a sus trabajos en Estados Unidos alegando, en muchos casos, sufrir de “estrés laboral crónico” o ‘burnout’, una cifra récord en ese país, según su Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), que superó a otro récord del año anterior, el 2021, cuando renunciaron a sus trabajos 47,7 millones de personas, protagonizando lo que entonces se llamó ‘great resignation’ (“Gran renuncia”).
Nuestro país, por supuesto, no escapa de esta problemática. De acuerdo con el informe “Burnout laboral: ¿Cómo prevenir un incendio en las organizaciones?”, elaborado por la empresa BUK en el 2023, el 61% de los peruanos se siente agotado por sus labores.
La salud mental de los colaboradores es una preocupación crucial que requiere atención. Esto implica encontrar un equilibrio adecuado entre la vida laboral y personal, pudiendo desconectar sin desconectarse completamente de la empresa. También implica fortalecer el vínculo con la empresa sin caer en el estrés causado por largas horas de trabajo concentradas en menos días, como la tendencia a trabajar cuatro días en lugar de cinco.
En segundo lugar, si reducimos la jornada laboral de cinco días semanales a cuatro, ¿perderemos productividad? Si se lo preguntáramos a Henry Ford, nos diría que no. Recordemos que en 1926 la Ford Motor Company estandarizó el patrón de trabajo de cinco días a la semana, cuando lo común en esa época era que se trabajaran seis. “La teoría de Henry Ford era que trabajar cinco días, con el mismo salario, aumentaría la productividad de los trabajadores, ya que las personas pondrían más esfuerzo en una semana laboral más corta”, ha dicho al respecto Jim Harter, de la consultora estadounidense Gallup, en una nota de la BBC.
Lo fundamental para una empresa que decida reducir su jornada laboral es prepararse: contar con un esquema integral de trabajo que busque eficiencia, innovación y colaboración, y que dé cara a una tendencia mundial que apunta hacia menos días laborales y más productividad.
El trabajo híbrido que se hace en el Perú es un claro ejemplo de esto: sectores como el de servicios, tecnología, telecomunicaciones y aerocomercial llevan la batuta, reduciendo además su huella de carbono; todo ello, con satisfactorios resultados de crecimiento e impacto social. El cambio sí es posible, pero se necesita liderazgo y un buen plan que responda a la estrategia.