"El nombre de Victoria Tristán, esposa del presidente Echenique, inspiró que un interesante y antiguo barrio limeño, asentado en un área llamada a convertirse en el verdadero centro de la capital, fuese conocido como La Victoria".(Ilustración: Giovanni Tazza)
"El nombre de Victoria Tristán, esposa del presidente Echenique, inspiró que un interesante y antiguo barrio limeño, asentado en un área llamada a convertirse en el verdadero centro de la capital, fuese conocido como La Victoria".(Ilustración: Giovanni Tazza)
George Forsyth

El nombre de Victoria Tristán, esposa del presidente Echenique, inspiró que un interesante y antiguo barrio limeño, asentado en un área llamada a convertirse en el verdadero centro de la capital, fuese conocido como La Victoria, que se convertiría en distrito el 2 de febrero de 1920.

La ubicación era excepcional, el trazo urbano inicial presagiaba un futuro muy prometedor y la bella plaza Manco Cápac era el emblema de algo grande, como parecía señalarlo nuestro primer inca.
Pero las cosas se complicaron y la formación de lo que el pueblo bautizó como La Parada, punto de acopio y distribución de casi todos los alimentos que se consumen en la capital, generó un crecimiento desordenado, ante la dejadez de las autoridades. Asimismo, la ocupación inicial del cerro San Cosme, en 1946, trajo un enorme descontrol e importantes niveles de pobreza y marginalidad.

Y la otra cara de la pobreza suele ser la poca salubridad, la falta de higiene, la baja calidad de los servicios, la delincuencia y el crimen organizado.

Y todo esto a pesar de las extraordinarias fortalezas del distrito, como el nacimiento de Gamarra –convertida en el emporio textil más importante de América Latina–, que hoy tiene un nuevo rostro; su extraordinaria gente; su exquisita gastronomía, y la presencia de esa gran institución que es Alianza Lima, por nombrar solo algunas.

No obstante, llegó un momento en los 70 en que el Gobierno Central decidió ignorar a La Victoria como si fuera un distrito indeseable, al cual nadie se quería acercar, y todos los sucesivos gobiernos han mantenido ese absoluto desinterés.

Este vacío de poder generó la afirmación de las mafias y de la informalidad más campante, y es por eso que, movidos por un intenso afecto al distrito originado en una larga vinculación aliancista, sentimos el deber de reponerlo en el mapa del Perú y nuestro primer objetivo al asumir el concejo distrital ha sido restaurar, a cualquier precio, el principio de autoridad. Teníamos que acabar con la noción de un territorio liberado, sujeto al imperio de la ley del más fuerte, y por suerte el gran equipo humano del municipio es capaz de resistir cualquier prueba.

Pero hacerlo a través de un municipio que afronta una gravísima crisis económica, y en un contexto en el cual casi nada funciona, resulta una tarea titánica, a lo que hay que sumar la reacción despiadada de las mafias, amenazas y enemigos gratuitos.

¿Alguien podría creer que La Victoria generó a la Sunat en el último año S/2.800 millones? ¿Y puede entenderse que a través del Foncomún recibamos únicamente S/6 millones? Esto desborda cualquier imaginación.

A pesar de eso, es mucho lo que se ha logrado al enfrentar la informalidad, con un aumento de la recaudación del 12% en comparación con el primer semestre de 2018; en la lucha contra el caótico comercio ambulatorio, con 35 mil ambulantes en la asignación de 1.400 puestos en galerías comerciales para promover la formalización; en la fiscalización de 210 (49%) empresas de transporte sancionadas, de un total de 429 identificadas; en la lucha contra la drogadicción, con 1.450 beneficiarios; y en la eliminación de más de 2.440 toneladas de desmonte informal.

Asimismo, debe destacarse la recuperación de 23 (30%) parques, la prevención y control sanitario a más de 500 restaurantes, la seguridad de 1.148 edificaciones, el desarrollo de una gran actividad cultural con más de 10 mil participantes, la gestión de financiamiento para proyectos de inversión con otras instituciones públicas por S/59 millones y la suscripción de más de 20 acuerdos con instituciones nacionales y extranjeras.

Las tareas pendientes, como el arreglo de las pistas, la lucha contra el crimen, el reordenamiento del tránsito y la limpieza, son la clave de nuestra agenda inmediata. Pero con un presupuesto exiguo todos necesitamos algo de paciencia.

Y no podemos dejar de expresar nuestro enorme agradecimiento al presidente Martín Vizcarra por su compromiso con La Victoria, que ha permitido los recursos necesarios para el nuevo catastro que está en pleno desarrollo y que va a reemplazar el ahora vigente de 1970, lo que permitirá un aumento sustantivo de la recaudación. Con sus acciones concretas, el presidente rompe con la tradición de abandono que el distrito ha tenido históricamente.

Es necesario expresar, asimismo, nuestro agradecimiento a la Policía Nacional del Perú y al alcalde de Lima, Jorge Muñoz Wells, por su permanente colaboración y apoyo. Su compromiso y visión fue clave para el éxito reciente en el operativo de la avenida Aviación.

Se vienen cosas grandes pero nos apena sentirnos todavía muy distantes de los resultados más tangibles que nuestra población espera. No obstante, la lección más importante aprendida en estos 180 días es que La Victoria es un microcosmos del Perú y que el orden es el gran objetivo al cual nunca vamos a renunciar.