"Los auténticos decadentes", por Pedro Canelo

Apenas fue presentado Ricardo Gareca como el nuevo entrenador de la selección peruana de fútbol, Edwin Oviedo, gran señor de la Videna, pedía permiso para acompañar con una suave sonrisa. El presidente de la federación expresaba la incompleta felicidad del apostador a quien solo le faltó un número para sacarse la Tinka. Para elegir al técnico de la blanquirroja, Oviedo voló demasiado alto. Como si en su oficina de San Luis se hubiera aparecido una recargada Mónica Zevallos para decirle que “vale la pena soñar”. Los A1 del balompié mundial le dijeron que no más veces que Rocío Durcal a Juan Gabriel y tuvo que aceptar al bien intencionado Gareca. La selección peruana es el equipo con el cual todos quieren jugar, pero que casi nadie quiere dirigir. Somos los auténticos decadentes de Sudamérica. De Gareca lo primero que se dijo es que se parece a Laura Bozzo. El fútbol local tiene un show paralelo tan nocivo que cuando llega un nuevo técnico solo falta que se le reciba con un “que pase el desgraciado”.

¿Por qué Luiz Felipe Scolari, Alejandro Sabella y Frank Rijkaard no quisieron venir a Perú? Debemos respirar hondo y reconocer que en el fútbol somos un destino menos atractivo que la Isla de la Muerte. El balompié peruano es una vergüenza repetitiva con alcance internacional fuera y dentro de la cancha. Rubén Blades, sonero mayor, ya le escribió una carta a Luis Tejada por los insultos racistas que recibió en el Cusco. Fueron miles de “fanáticos” quienes emitieron sonidos casi tribales en el estadio Garcilaso de la Vega para comparar al delantero del Aurich con un mono. A esos malos hinchas más bien deberían pasearlos por universidades y laboratorios para explicar cómo era el hombre hace millones de años.

Racismo, indisciplina y desorden. Cartón lleno para ganar en el sorteo de la fatalidad. Si antes teníamos a Reimond Manco con bronceado de bar, ahora tenemos a Jean Deza con erisipela de cantina. En Universitario los técnicos tienen menos estabilidad laboral que un ministro de Humala y en Alianza los hinchas expulsan a golpe limpio a sus jugadores. Hoy solo nos queda dar la cara, competir y tratar de nacer de nuevo con un buen proyecto de menores (ojalá Rueda no se una a las firmas del NO).  El Mundial está tan lejos que para llegar a uno debemos heredar la nave de Mr. Spock. 

Tómenle una foto en primer plano a Gareca. El fútbol peruano envejece, te desgasta. Quizá ese malévolo meme de las redes sociales con la pareja de Cristian Suárez y Laura Bozzo sumando juntos a un Ricardo Gareca pueda hacerse realidad para felicidad de los odiadores que nunca nos faltan. El ‘Tigre’ llegó a Lima todavía con pinta de cantante de cumbia argentina, quizá en tres años sus enemigos sonrían al verlo regresar a  Buenos Aires como el mejor clon de una conductora de TV.