"Maduro ya ha dicho públicamente que va a recuperar el control de la Asamblea Nacional de Guaidó en las elecciones legislativas de este año. Y los últimos acontecimientos indican que va a hacerlo por las buenas o por las malas".
"Maduro ya ha dicho públicamente que va a recuperar el control de la Asamblea Nacional de Guaidó en las elecciones legislativas de este año. Y los últimos acontecimientos indican que va a hacerlo por las buenas o por las malas".
/ Giovanni Tazza
Andrés Oppenheimer

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, , ganó una batalla importante al vencer el torpe intento de la dictadura de Nicolás de dar un golpe legislativo y reemplazarlo como líder parlamentario. Pero para evitar que esta victoria sea pasajera, Guaidó tendrá que ir a la ofensiva y tomar medidas mucho más audaces.

Una de las ideas que circulan en medios opositores es que Guaidó, quien es reconocido por más de 50 países como el presidente legítimo de , convoque a organizar lanzamientos aéreos clandestinos de ayuda humanitaria. Eso podría poner al régimen de Maduro a la defensiva.

Hasta ahora, Guaidó ha intentado hacer todo respetando las leyes de Venezuela. Pero el régimen de Maduro ha violado casi todas las leyes de la Constitución venezolana, comenzando por manipular los resultados electorales del 2018 que resultaron en su reelección fraudulenta.

Tal vez haya llegado la hora de que Guaidó se quite los guantes. Si Guaidó y la oposición no recuperan la iniciativa, podrían ser despojados fraudulentamente de la Asamblea Nacional en las próximas elecciones legislativas programadas para fines de este año.

El 5 de enero, cuando se tenía que votar por la reelección del presidente de la Asamblea Nacional, Maduro orquestó la elección fraudulenta del exlegislador de oposición Óscar Parra como sucesor de Guaidó. Parra se proclamó como nuevo presidente del Congreso en una sesión improvisada, sin quórum, en la que ni Guaidó ni otros legisladores opositores pudieron entrar a la sede de la Asamblea Nacional.

Varios anillos de guardias militares alrededor de la Asamblea Nacional solo permitieron a legisladores progubernamentales entrar al edificio. Guaidó y sus colegas opositores se dirigieron entonces al edificio del diario “El Nacional”, donde obtuvieron un quórum y Guaidó fue reelegido como presidente de la Asamblea Nacional con 100 votos, muchos más que los 84 votos que necesitaba.

Anteriormente, varios legisladores de la oposición denunciaron que el gobierno les había ofrecido sobornos de hasta US$1 millón si votaban en contra de Guaidó el 5 de enero. Y el régimen ya ha enjuiciado a 29 congresistas opositores bajo cargos falsos, a pesar de su inmunidad parlamentaria. La mayoría de ellos tuvieron que huir del país o buscar refugio en embajadas extranjeras.

Ahora Maduro tendrá dos congresos oficialistas –la facción de Parra de la Asamblea Nacional y la Asamblea Constituyente creada por el régimen– para confundir a los venezolanos y a la comunidad internacional.

Maduro ya ha dicho públicamente que va a recuperar el control de la Asamblea Nacional de Guaidó en las elecciones legislativas de este año. Y los últimos acontecimientos indican que va a hacerlo por las buenas o por las malas.

A Guaidó no le quedará otra que ir a la ofensiva. Podría aprovechar el hecho de que, después de los eventos del 5 de enero, ha recuperado cierto protagonismo. La imagen de Guaidó trepando por una verja custodiada por militares para tratar de entrar en la Asamblea Nacional dio la vuelta al mundo. Y los partidos opositores ahora lo apoyan más que antes.

Teniendo en cuenta que los militares venezolanos siguen apoyando a la dictadura, y que una intervención militar extranjera no es probable ni deseable, Guaidó debería pensar en la idea de organizar lanzamientos clandestinos de ayuda humanitaria para ser distribuida por la oposición en todo el país.

Estados Unidos y varios otros países trataron de enviar más de US$100 millones en alimentos y medicinas al gobierno paralelo de Guaidó a principios del 2019, pero el ejército de Maduro bloqueó la entrada de esa ayuda en la frontera colombiana. Ese fue un duro golpe para la oposición, del que aún no se ha recuperado.

Desde entonces, la tragedia de Venezuela ha empeorado. El número de venezolanos que huyeron del país aumentó de 3 millones a más de 4,7 millones. Más de 6.800 personas fueron asesinadas por las fuerzas de Maduro, la mayoría de ellas opositores matados en ejecuciones extrajudiciales, según las Naciones Unidas.

La oposición de Venezuela, que aún controla muchos gobiernos locales, podría volver a sacudir el tablero político regalando alimentos y medicinas. La oposición necesita hacer algo dramático, y ese puede ser su próximo paso.

–Editado–

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