Lo que debe saber si ingresa a la política, por E. Bernales
Lo que debe saber si ingresa a la política, por E. Bernales
Redacción EC

Debo advertir que el tema de este artículo lo decidí en la segunda semana de febrero y que no se dirige a alguien en particular.

Que una dimensión de su personalidad sea la política proviene de la naturaleza del ser humano. La Constitución la reconoce como derecho y ejercerla activamente es una decisión individual. Una de las dimensiones éticas de la política consiste en que el poder que da un cargo público sea empleado para servir y no para servirse de él.

1. Prepararse: Si desea ingresar a la política activa, tenga en cuenta lo siguiente: 

• La política es arte y ciencia. Debe, por consiguiente, prepararse: estudiar, informarse, observar, adquirir cultura política. No hay cabida para la improvisación y la ignorancia.

• Forme una pequeña biblioteca de obras básicas. De los antiguos: “El príncipe”, de Maquiavelo: “Leviatán”, de ; “El contrato social”, de Rousseau. De los modernos: “Los partidos políticos” y “El régimen político”, de Duverger; “Teoría de la Constitución”, de Loewenstein, etc. De autores nacionales, tenemos a Mariátegui, Haya de la Torre, Víctor Andrés Belaunde, Cotler, , Rubio Correa, Pease, Matos Mar, Pedro Planas, Degregori. Si prefiere a analistas de las nuevas generaciones, Carlos Meléndez y Eduardo Dargent. También son de interés las propuestas del Acuerdo Nacional. 

• Estos autores analizan cuestiones de historia, política, economía o derecho, disciplinas básicas para hacer política con honestidad y conocimiento. Si no le gusta leer, si cree que basta con informaciones de prensa, por favor, no se meta en política.

• Si sus conocimientos profesionales no están al día, matricúlese en algún curso universitario sobre gestión pública, derechos humanos o relaciones internacionales. Sobre todo, aprenda algún idioma extranjero, inglés de preferencia.

• Lea la Constitución y comprenda sus alcances.

• Trabaje algunas categorías de análisis relevantes: democracia, gobernabilidad, derechos humanos, globalización, tratados de libre comercio, Naciones Unidas, estructura del poder mundial. Si no entiende bien estos conceptos y cómo la política peruana se relaciona con ellos, manténgase en silencio cuando se debaten estos temas. Mejor aun: retírese de la política y dedíquese a otra cosa.

2. Reglas de conducta personal.

• Recuerde que la ética es el fundamento de la política. Si se mete en este oficio para hacer uso indebido del poder, enriquecerse y comportarse como un crápula, sepa que su destino final será la cárcel.

• Observe la regla de la tolerancia y respete las ideas y posiciones políticas de quien no piense como usted. No olvide que es ley de la política que el odio, las persecuciones, las intrigas y las posiciones anti jamás dan el resultado apetecido.

• Respete las instituciones democráticas, sométase a las reglas del Estado de derecho. No abuse, tampoco viole las normas ni prescinda de ellas.

• Cumpla con sus promesas electorales y no olvide que ser catalogado como político mentiroso, hará que su paso por los cargos públicos sea breve y de mal recuerdo popular.

• No sea demagogo o populista, dos tentaciones fáciles que no conduce a nada lejos.

• No sea obsceno, procaz o prepotente. Sea educado y desdeñe la mofa, la irreverencia, la matonería. La regla fundamental de la democracia es el respeto a la dignidad de la persona. No ofenda ni insulte. Si no puede, será porque su personalidad es agresiva. Vaya primero al psicólogo y cúrese.

3. Identidad.
 

• Ser político es tener una identidad que nace de la fidelidad a una ideología, a un proyecto de país. Si no la tiene, ¿para que se mete a político? ¿Cree que por ser transitoriamente popular ya es político? Piénselo bien y no haga papelones.

• Es mejor ser constructivo que destructivo. Si solo lo anima tener poder para destruir a sus adversarios, usted no eleva la política, la ensucia.

4. Conclusión.
 

Cuando tenía 18 años y recibía clases de formación política en la Democracia Cristiana, el gran maestro universitario y entonces senador nos dijo: “Ser político es ejercer un sacerdocio cívico y moral”. Este pensamiento es hermoso y ejercerlo más bello aún. Si quiere hacer política, ahí tiene un buen consejo. 

¡Ah, me olvidaba! Si usted ya estuvo en cargos públicos, no se le ocurra decir: “Soy nuevo en esta plaza”. Si incurre en ese error, solo ganará sonrisas caritativas.