Explicaciones pendientes, por Arturo Maldonado
Explicaciones pendientes, por Arturo Maldonado
Arturo Maldonado

La fiesta electoral acabó y con ello empiezan los consejos hacia el nuevo gobierno. Se habla de la necesidad de un gobierno de ancha base, de tender puentes entre los partidos en el Congreso y de la necesidad de concertar políticas públicas. Se sugiere iniciar la reforma política inmediatamente y se lanzan ideas de medidas a tomar en los primeros cien días de gobierno. 

Todo esto, sin duda, es importante, pero antes de pasar a un nuevo período es necesario ordenar la casa y saldar las cuentas de la fiesta. La campaña ha sido intensa y ha estado marcada por acusaciones, algunas de ellas descabelladas, pero muchas con una base consistente para seguir indagando y resolverlas antes que la investidura del nuevo presidente cope la atención de los medios y los ciudadanos. No podemos pasar la página con estas manchas en la hoja anterior.

La primera explicación que no ha quedado saldada es acerca de los plagios del ex candidato César Acuña. La evidencia es clara: los plagios existieron, pero tanto el ex candidato como las instituciones que respaldan sus títulos están pasando piola. El candidato, luego de su conveniente exclusión, ha callado respecto a este tema, pero sigue aprovechando su imagen vinculada al mundo universitario y académico para hacer fortuna. De otro lado, hasta ahora estamos esperando la resolución de la Universidad Complutense de Madrid que concluya este tema definitivamente. Debido al carácter sistemático de los plagios, otras universidades nacionales, como la Universidad de Lima, también deberían pronunciarse sobre los títulos a nombre de la nación que le expidieron a Acuña, más allá de manifestar su disposición a colaborar con las autoridades.

Otra explicación pendiente es el rol que jugó (o juega) Joaquín Ramírez en Fuerza Popular. ¿Cómo una persona acusada por lavados de activos termina siendo secretario general del partido más organizado del Perú? ¿Y cómo la lideresa de Fuerza Popular no se enteró y sospechó de estas denuncias? 

Otro peso en la mochila naranja es el Caso Chlimper. Luego de que se denunciara que fue él mismo quien entregó el audio manipulado, el ex candidato a la vicepresidencia desapareció y ya no fue más el vocero eficaz del fujimorismo. Esto, por supuesto, no resolvió el caso; por el contrario, echó más sombras de dudas respecto a las prácticas de la cúpula fujimorista y sus relaciones con cierto tipo de prensa. 

Si el fujimorismo quiere tener un futuro más auspicioso y no cargar con una mochila más pesada aun, entonces tiene que aclarar sus relaciones con los Ramírez, que hace que todo el partido sea vinculado al narcotráfico, y tiene que aclarar lo sucedido con el audio de Chlimper, uno de los elementos que le está costando la elección. Estas denuncias pueden encarpetarse ahora, pero sin duda volverán más adelante y alimentarán legítimamente el antifujimorismo.

Hasta el momento que escribo esta columna, Pedro Pablo Kuczynski tiene altas probabilidades de ganar. Si lo logra, él también tiene que dar explicaciones sobre la forma de gobierno que pretende llevar a cabo. Su actuación respecto a la llamada ‘ley pulpín’ no es un buen augurio acerca de su forma de gobernar. En una primera reacción, al parecer guiada por sus convicciones, se manifestó a favor de esta iniciativa del actual gobierno. Luego, tratando de alinearse con la opinión popular y con la protesta en la calle, cambió de posición. 

La pregunta es si ese será su estilo de gobierno, más aun cuando va a enfrentar a un Congreso copado de fujimoristas. Un gobernante puede desdecirse, pero cuando lo hace sin convicción y tratando de sacar ventaja personal del hecho, queda en evidencia y eso le puede jugar en contra.