¡Flash electoral!, por Alfredo Torres
¡Flash electoral!, por Alfredo Torres
Alfredo Torres

Mi primer flash electoral fue hace 30 años, para las elecciones municipales de 1986. Fue un debut azaroso porque no funcionó el sistema de cómputo. Eran tiempos de restricciones a las importaciones y América Televisión –que tenía otros propietarios entonces– se había comprometido a proveernos de las computadoras y el software para el día de las elecciones. Debido a las dificultades en aduanas, las computadoras llegaron con las justas y el programa de procesamiento no se pudo instalar a tiempo. Tuvimos que recurrir a nuestro ‘backup’ de calculadoras, lápices y papel. Recuerdo que entre nuestros más eficientes colaboradores para el procesamiento se encontraba Felipe Ortiz de Zevallos, el presidente de Apoyo. Los televidentes nunca se enteraron, pero así salió el flash electoral de 1986.

Desde entonces, he presentado resultados electorales en 22 oportunidades, la mayoría desde América Televisión. Primero como Apoyo Opinión y Mercado, luego como Ipsos Apoyo y ahora como Ipsos Perú; y desde hace ya buen tiempo con el mismo equipo, bajo la dirección ejecutiva de Guillermo Loli. En un principio, los encuestadores debían buscar en cada distrito las escasas cabinas telefónicas operativas en la época para llamar a nuestra central; luego, con los teléfonos celulares, se alivió el trabajo; ahora, con el uso de tablets con conexión a Internet, la información fluye con mayor rapidez.

En el flash electoral de hoy domingo, contratado por América Televisión, se presentarán, como es tradicional, los resultados de la encuesta a boca de urna a las 4 p.m. y horas después los resultados del conteo rápido. Las primeras proyecciones no son muy precisas porque dependen del ánimo y la colaboración de los electores entrevistados a la salida de los centros de votación. Las segundas son mucho más exactas debido a que se trabaja con una muestra de mesas electorales ya escrutadas. La boca de urna a veces da un resultado sesgado, como ocurrió en el año 2000. El conteo rápido siempre da resultados muy confiables con un margen de error reducido.

Vale la pena recordar lo que ocurrió en la primera vuelta del año 2000. En aquel entonces, la última encuesta mostraba una ventaja de  Alberto Fujimori (46%) sobre Alejandro Toledo (41%). Luego, en la boca de urna, se invirtieron los resultados: el 45% declaró haber votado por Toledo y 44% por Fujimori. Sin embargo, en el conteo rápido de actas escrutadas, el resultado fue nuevamente Fujimori (48%) encima de Toledo (41%). Como relaté en mi artículo “Cuando las encuestas se equivocan”, publicado en El Comercio en el 2014, lo que ocurrió fue que “en el enrarecido ambiente electoral del 2000 algunos votantes fujimoristas… ocultaron su voto a los encuestadores en la boca de urna o simplemente evadieron ser encuestados. Lo contrario había ocurrido con algunos electores de la oposición: los más entusiastas se acercaban a los encuestadores para dejar manifiesto su voto a favor de Toledo”. 

El riesgo de que se repita el fenómeno del año 2000 está siempre presente. Si bien no hay ahora un gobierno autoritario ni medios de comunicación controlados por Vladimiro Montesinos, no se puede descartar que un (a) candidato (a) cuente con votantes muy entusiastas que estén más dispuestos a ser encuestados. Si eso ocurre, dicho candidato (a) podría tener más votos en la boca de urna que los que obtuvo en la realidad. Por eso, es muy importante esperar a la noche para celebrar o lamentarse, cuando se conozcan los resultados del conteo rápido.   

En el caso de Ipsos, el conteo rápido tiene un margen de error de +1 punto porcentual. Por lo tanto, si la diferencia es de más de dos puntos porcentuales, los rangos no se tocan y ya se puede afirmar con certeza que un candidato superó en votación al que le sigue. Por ejemplo, si un candidato obtiene 20% de la votación y el siguiente 17,5%, no hay duda de quién obtuvo la mayor votación. En cambio, si uno tiene 20% y el otro 18,5%, lo prudente será esperar a que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) concluya con el procesamiento de todas las actas. 

Otro dato importante que se conoce hoy es el resultado de la última encuesta efectuada la víspera de las elecciones bajo la técnica de simulacro de votación. A pesar de que uno de cada cinco electores afirma decidir su voto el último día, esta medición suele coincidir –dentro de los márgenes de error– con el resultado final de las elecciones y es la mejor demostración de que un trabajo llevado a cabo con profesionalismo e integridad –como en el caso de Ipsos– brinda información confiable de las preferencias de la ciudadanía.