(Foto: Captura de video).
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Federico Salazar

La presidenta de Fuerza Popular, , ha dado un mensaje a través de sus redes sociales. Ha respondido, con algo de retraso, al mensaje a la nación del presidente .

La señora Fujimori critica duramente la iniciativa del presidente de un referéndum. Está dispuesta, sin embargo, a que su bancada apoye la medida.

El país necesidad claridad. La lideresa de la oposición no ofrece al país, en este momento, claridad. “Es malo, pero lo apoyamos” no parece ser una respuesta consistente.

La jefa del partido que es mayoría en el Congreso le pide al presidente Vizcarra que no vea a los congresistas como sus enemigos. Ella, sin embargo, no hace ningún esfuerzo por librarse de sus propias paranoias.

Sostiene la señora Fujimori que enfrentar a la corrupción tiene un alto costo político. También lo tiene, agrega, cuestionar al gobierno y enfrentar a los medios de comunicación con la ley Mulder.

La señora Fujimori se enfrenta, según dice, a la corrupción, al gobierno y a los medios. Para ella están en la misma vereda la corrupción, el gobierno y los medios de comunicación que se oponen a la ley Mulder, la ley que prohíbe la publicidad estatal en los medios de comunicación.

Estos son los enemigos que tiene la señora Fujimori, según propia confesión. Ella quiere que el presidente Vizcarra no vea a los congresistas como enemigos, pero ve al presidente Vizcarra y a su gobierno adjuntos a la corrupción.

De paso, revela la señora Fujimori que ella y su partido enfrentan a los medios de comunicación. Quien no está de acuerdo con ella y la ley Mulder se constituye en otro adjunto de la corrupción.

La lideresa del partido político con mayor presencia en el Congreso de la República debería recuperar la ecuanimidad. Piensa que los que no están de acuerdo con su ley Mulder son corruptos o son sus enemigos.
La falta de serenidad en el análisis le juega una mala pasada a la jefa del partido naranja. Le hace decir que el presidente Vizcarra se equivoca porque hay cosas más urgentes que el referéndum.

Claro que las hay, pero en ningún momento el jefe del Estado ha planteado una disyuntiva. ¿Se trata, acaso, de atender el referéndum a cambio de no atender los problemas de la delincuencia o de la desaceleración?

Peor aún, si la señora Fujimori considera que el planteamiento del presidente excluye la atención de esos problemas urgentes, debería oponerse resueltamente a la iniciativa presidencial. Si realmente cree que el referéndum es un obstáculo para que el gobierno haga su verdadero trabajo, debería, sin dudar un segundo, quitarle su apoyo en el Congreso.

Si Fuerza Popular da su apoyo al gobierno en una iniciativa en la que no cree es, simplemente, cálculo político. No quiere oponerse en este momento a lo que ha levantado las expectativas de la gente.

La falta de claridad en un líder político resulta lamentable; la falta de valentía, penosa.

La señora Fujimori hace un llamado a la reflexión y al debate sobre temas de reforma constitucional. Dice que el presidente Vizcarra se apresura sobre un tema que debe hacerse con criterio de permanencia y con la vista puesta en la seguridad jurídica.

La señora Fujimori parece no darse cuenta de que su bancada es mayoría en el Congreso desde el 2016. Para reflexionar, poner en debate y discutir reformas constitucionales su bancada ha tenido ¡dos años!

La bancada fujimorista no ha hecho nada importante en el Congreso. No ha planteado una sola idea de reforma constitucional desde que se instaló como la más poderosa mayoría congresal de la que se tenga recuerdo.

Dice la señora Fujimori que su partido lucha contra la corrupción. Si es así, ¿por qué no dice ni hace nada sobre la imputación contra Héctor Becerril, congresista de Fuerza Popular, de que apoyaba a un candidato a presidente del Consejo Nacional de la Magistratura?

Enfrentar a la corrupción fuera de tu casa y hacer caso omiso de la corrupción dentro de tu casa revela inconsecuencia. Eso lo nota la gente y desvincula a la opinión pública de los líderes.

La señora Fujimori debe saber que la opinión pública no cree en ese tipo de líderes. Debe saber, también, que no son los medios de comunicación los responsables de ese divorcio.

Un líder que gira según los vientos de sus pasiones no puede guiar al país. No puede, ni siquiera, entender lo que sucede a su alrededor.
Un partido sin orientación va a la deriva.

Enfrentar a la corrupción no tiene ningún costo político. No, si se hace con sinceridad, consecuencia y valentía.

La gente, finalmente, se da cuenta.