(Foto: Archivo El Comercio)
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Pedro Tenorio

Se inicia una semana clave para el gobierno. Superado a duras penas el tema Chinchero, debería redefinir su rol para los próximos meses. Los días de “aprendizaje” quedaron atrás. A punto de entrar a su segundo año como presidente, necesita demostrar que puede dirigir la nave con mano firme y metas claras. El 28 de julio es la fecha en que anunciará sus objetivos, pero será antes –en las semanas que restan– donde habrá de replantear su trabajo para que no veamos más de lo mismo.

Para ello, PPK necesita reflexionar sobre los siguientes temas:

Primero, lo básico: cómo será su segundo año. ¿Igual a los últimos 12 meses porque, en términos generales, “vamos bien”? Ya sabríamos qué esperar. ¿Distinto? Entonces ahí sí tendría que definir quiénes se quedan y quiénes no en su Gabinete.

Segundo, ¿cómo quiere que sea percibido su gobierno? Debido al ‘affaire’ Chinchero ganó predicamento la idea de un “gobierno de lobbistas”. El presidente necesita cambiar esta percepción para que sus decisiones no sean vistas como parte de una estrategia de negocios sino de Estado. Será importante ver qué propuesta de nuevo contralor enviará al Congreso. Asimismo, apoyar todos los esfuerzos anticorrupción, en especial los que se derivan del Caso Lava Jato.

Tercero, priorizar proyectos y acelerar la ejecución de obras que generen empleo, sobre todo en sectores populares. Asimismo, explicar por qué la reconstrucción pos-Niño costero tendrá demoras pese a la urgencia. No se puede exponer a Pablo de la Flor a la incomprensión y al ataque político (ojo al proceso electoral municipal y regional del próximo año) cuando es evidente que sí están trabajando.

Cuarto, hacer que la bancada de Peruanos por el Kambio y sus aliados se constituyan en la primera línea política de la avanzada oficialista en el Congreso para defender proyectos, a funcionarios y ministros de los embates de la oposición.

Quinto, definir claramente si habrá o no indulto para Alberto Fujimori. Si procede, preparar una estrategia política para explicar y defender esta decisión. Si no procede, no mencionarlo más. Ahora bien, si piensa otorgarlo próximamente bajo consideraciones de salud (como algunas voces advierten) es necesario que el Ejecutivo sepa bien qué hará Alberto Fujimori una vez libre. Tenerlo de gira por el país alentando un movimiento político convertiría a PPK en un chiste. Atentos con eso.

Puede ser que este año haya sido de logros para Kuczynski. Pero si estos no se difunden y explican, para la mayoría de peruanos el presidente seguirá estando en deuda.