¿Cómo vamos, Lima?, por Gino Costa
¿Cómo vamos, Lima?, por Gino Costa
Redacción EC

Gracias al observatorio ciudadano , desde el 2010 tenemos una evaluación anual de la evolución de la calidad de vida en la , la quinta ciudad más grande de América Latina y la octava del continente americano.

El último informe, que da cuenta de la encuesta llevada a cabo a fines del 2013, permite comparar Lima en el tercer año de gestión de la alcaldesa con el último de la segunda gestión del ex burgomaestre .

El indicador más importante, el de la satisfacción de vivir en Lima, da cuenta de una caída en los últimos cuatro años, de una tasa de 3,36 a 2,97 sobre 5. Como en muchos indicadores, el deterioro más importante tuvo lugar en el 2013.

La satisfacción de los limeños (29%) es menor a la de los paulistas (37%) y mucho menor a la de los bogotanos (61%), por no decir nada de los quiteños, cuya satisfacción asciende a un sorprendente 96%. Somos, pues, claramente una ciudad de insatisfechos.

Según el informe, los supermercados y centros comerciales son nuestra principal fuente de satisfacción; lo contrario ocurre con la inseguridad y el transporte público, nuestros dos más importantes problemas citadinos.

Los últimos cuatro años se incrementó la percepción de inseguridad del 50% al 66%, muy por encima de Bogotá (42%) y muy por debajo de Sao Paulo (93%). Las preocupaciones más recurrentes son claramente los robos callejeros (40%); otras incluyen las pandillas (18%) –especialmente en Lima Sur–, la venta y consumo de drogas (16%) y los robos en viviendas (15%). La encuesta no da ninguna señal de la creciente presencia de las extorsiones.

Todos los indicadores que miden el transporte y la movilidad también se deterioraron, especialmente el referido al estado del tránsito y la circulación vial. El tiempo para movilizarse se incrementó significativamente en el último año, a pesar del Metropolitano y del metro, muy bien evaluados por su rapidez. Ampliar su cobertura, junto con reordenar el transporte público, reduciendo líneas y el número de unidades, es urgente.

La contaminación ambiental y la limpieza pública aparecen como el tercer y cuarto problema, respectivamente. Su importancia, empero, se ha reducido. No se sabe a ciencia cierta si porque están siendo superados o porque la magnitud de los dos problemas principales acapara la preocupación ciudadana.

La reducción de la participación ciudadana constituye otro retroceso lamentable, al igual que la creciente percepción de los vecinos de que no son escuchados por los alcaldes y de que su influencia en sus decisiones es cada vez menor.

Podría concluirse que la negativa evaluación de la gestión de Susana Villarán sería consecuencia de su fracaso para revertir el deterioro en seguridad y transporte. No parece ser el caso, pues de acuerdo a los encuestados el principal responsable de enfrentar estos problemas es el Gobierno Nacional.