Mercantilismo popular, por Federico Salazar
Mercantilismo popular, por Federico Salazar
Federico Salazar

Para bien o para mal, los gobernantes, una vez elegidos, suelen olvidarse de sus planes de gobierno. Es una lástima que los electores optemos tan poco por una propuesta de gobierno y tanto por un personaje del ‘reality’ electoral.

En el caso de Fuerza Popular, en caso le tocara ser gobierno, sería mejor que olvidara su programa. El problema en tal escenario sería que campearían alianzas de intereses y los caprichos de una mayoría con pocos frenos a su poder.

El plan de Fuerza Popular es un atado de contradicciones, enfoques superficiales y optimismos tipo manual de autoayuda. Como guía de gobierno, llevaría al desorden y a una honda crisis fiscal y económica.

La contradicción más importante se refiere al diagnóstico y la receta. Uno de los problemas diagnosticados es el exceso de trámites, de regulación y de burocracia. Una de las recetas económicas es la de los regímenes especiales –por ejemplo, tributarios– que, como es obvio, requiere de reglamentos y funcionarios para administrar su cumplimiento.

Para las pequeñas empresas propone “un régimen especial de formalización”, con autorizaciones “de cinco años”, en coordinación con los gobiernos locales y regionales. ¿Y quién supervisará el cumplimento del plazo? ¿Y quién verificará si la empresa califica de pequeña? ¿Y quién sancionará en caso de abuso o fraude?

Además, “estas licencias les darán las garantías, para su inversión, para acceder a créditos, a los servicios de salud, e incluso a los programas de vivienda”. O sea que una licencia de funcionamiento valdrá para que el banco se cubra ante una mora. ¿Se ha hecho el cálculo de lo que esto impactará en el gasto público en salud? Y las viviendas, ¿se van a canjear por licencias?

El plan protesta por el incremento de la tramitología vinculada al comercio exterior, pero también reclama porque “no existen disposiciones legales que incentiven y promuevan mypes exportadoras”.

Es obvio que quien escribió eso no pensó en lo que estaba diciendo. Y tampoco lo hizo quien publicó eso como plan de gobierno del partido de Keiko Fujimori.

El “Plan Perú” habla de le necesidad de políticas inclusivas, pero consagra en sus recetas la discriminación y el privilegio sectorial. Para las nuevas mypes, tributación cero; para las que ya existen, “un IGV justo”, con períodos de gracia.

Un régimen especial como este alentará la evasión, la corrupción y abrirá una puerta para el fraude tributario. Además, consagrará la injusticia con el resto de contribuyentes.

No solo las mypes serían beneficiarias de privilegios. También los exportadores. Según Fuerza Popular, la caída de nuestro comercio exterior no se debe tanto a las condiciones externas del mercado, sino a que la Sunat niega la devolución de impuestos que correspondería a los exportadores. 

Para Fuerza Popular una de las razones de la caída de las exportaciones es la reducción del drawback, que es un mecanismo de devolución de impuestos. Fuerza Popular quiere restituir este privilegio.

Lo más peligroso, sin duda, es cómo el partido de Keiko Fujimori quiere financiar todas sus propuestas. No hay ahorro o reducciones de gasto. Quiere, más bien, lanzar “un boom de inversiones productivas y (sic) inversiones sociales”. ¿De dónde? ¡Del Fondo de Estabilización Fiscal!

La cereza del pastel en este inviable plan es la propuesta de usar parte de ese fondo como “locomotora” del crecimiento. Adiós a la disciplina fiscal, adiós al equilibrio de las cuentas, al freno legal a los apetitos por el gasto público y sus réditos políticos. 

Fuerza Popular ya tiene la mayoría en el Congreso. Fácilmente puede cambiar la ley y cumplir su deseo, si llega al gobierno.

Es lamentable el bajo nivel de consistencia que muestra este “plan”. Es una ruta segura al desgobierno y la crisis económica.