Nuevo mapa, por José Antonio García Belaunde
Nuevo mapa, por José Antonio García Belaunde
Redacción EC

Exactamente siete años después (el 15 de agosto del 2007) de que el Gobierno del presidente  Alan García publicara la carta del sector sur del dominio marítimo del Perú, le ha correspondido al actual gobierno publicar la nueva carta de acuerdo al fallo que emitiera la corte de La Haya. La presentación de la primera coincidió con el terremoto de Pisco y tuvimos una situación paradójica: por un lado las autoridades chilenas mostrando su desacuerdo y malestar, pero por otro lado concurrieron con celeridad al auxilio de las víctimas del sismo.

Debo decir que tanto la presidenta Michelle Bachelet, como su entonces canciller Alejandro Foxley, fueron discretos en sus reacciones. No así muchos políticos y parlamentarios, que tal como ahora, exigieron enfriar las relaciones, cancelar las reuniones del 2+2 o retirar al embajador. Le ha tocado, también esta vez al canciller de Chile, calmar la agitación al decir que tenemos una diferente interpretación del tratado del 29, aclarar que no enviará una nota de protesta y recordar que en dicho tratado existen los mecanismos para resolver discrepancias, entre ellos el recurso al arbitraje del presidente de Estados Unidos.

Siete años atrás, si bien contábamos con una ley de líneas de base, no la habíamos graficado. Nos tocó hacer un trabajo muy prolijo. Nuestra carta reflejaba la situación: un paralelo hasta la milla doscientos. Al sur de esa línea y hasta la línea perpendicular que salía del punto Concordia, se encontraba un espacio al que definimos como “área en controversia”.  Era la  manera  de cuestionar un status quo que no tenía sustento jurídico, pero no prejuzgaba cual debía ser el límite, pues era la corte  la que debía establecerlo.

Si se cotejan ambas cartas o mapas, queda claro lo mucho que ganó el Perú recurriendo a La Haya. Decisión acertada  y valiente la de demandar  a Chile e impecable el manejo profesional durante este  largo proceso de siete años si contamos el año de trabajo previo a la demanda.

Sin embargo, hay que lamentar que desde el mismo día que se hizo público el fallo, Chile ha insistido en argumentar que la corte le otorgó el triángulo terrestre.  No es verdad; y aunque hoy día el discurso es algo diferente o matizado, igual pretende confundir el inicio del punto Concordia con el Hito 1 con lo que no solo hace una mala lectura del fallo, sino  aparentemente estaría desconociendo el Tratado de 1929 y las instrucciones de igual contenido que las cancillerías peruana y chilena dieron a sus respectivas comisiones demarcadoras. 

Resuelto el tema en La Haya esperábamos que este argumento, aparecido recién por el año 2000 en función de la tesis  chilena del paralelo como límite, fuera abandonado. Lamentablemente no ha sido así y temo que pueda afectar nuestras relaciones. 

En todo caso debo decir que si celebramos la política de Estado que logramos preservar, celebremos también que siete años después tenemos como canciller del Perú  a quien era  el vicecanciller y que  acompañó todo el proceso del año 2006 al 2009.  A sus  reconocidas dotes de diplomático añade un amplio conocimiento en este tema. Sin duda manejará con pericia un escenario posterior a La Haya  que pareciera complicado.