Quema tu llanta y chapa tu choro, por Fernando Rospigliosi
Quema tu llanta y chapa tu choro, por Fernando Rospigliosi
Fernando Rospigliosi

El país se sigue deslizando por la pendiente del desorden, el caos y el desgobierno, con un presidente con un definido perfil de ineptitud e impotencia, mientras la gobernante de facto está concentrada en borrar las huellas de sus desaguisados, tratando de manipular el sistema judicial para atajar las investigaciones en su contra. (El semanario “Hildebrandt en sus trece” acaba de revelar que Nadine Heredia emitió 27 recibos por miles de soles a una insignificante empresa de plásticos).

Lo ocurrido con el lote 192 es un ejemplo patente del desbarajuste. A sabiendas de que el contrato con la empresa que lo explotaba vencía a fin de agosto, el gobierno demoró hasta el límite para asumir una solución de emergencia y entregarlo temporalmente a una empresa que lo administrará por dos años. El primer ministro Pedro Cateriano y la ministra Rosa María Ortiz sustentaron la decisión del Ejecutivo en el Congreso.

Y entonces, ante los violentos disturbios protagonizados en Iquitos por una muchedumbre, la bancada oficialista se pasó en bloque al lado del grupo minoritario de izquierdistas que pretenden retroceder un cuarto de siglo, convirtiendo a la ineficiente y derrochadora empresa estatal Petro-Perú en exploradora y explotadora de hidrocarburos, en momentos en que los precios del crudo en el mundo se han derrumbado.

Peor aun, casi toda la oposición, incluida la bancada más numerosa, la fujimorista, también cambió abruptamente sus puntos de vista para sumarse oportunistamente al coro estatista, con la obvia intención de ganar –o no perder– algunos votos en el oriente. Aunque, como bien ha anotado Juan Carlos Tafur en “Exitosa”, probablemente la maniobra no les resulte y más sea lo que pierden que lo que obtienen. (“Una derecha que se avergüenza de serlo”, 4/9/15).

Así, en medio del desbarajuste en que se está convirtiendo el último año de los Humala Heredia en el poder, quedó nuevamente demostrado que para hacer retroceder al gobierno hay que provocar disturbios y violencia. Y, en vísperas de elecciones, también se puede hacer bailar con esa música a la oposición. Moraleja: quema tu llanta y obtén un triunfo.

Naturalmente, entre los cabecillas de la algarada en Iquitos hay varios aspirantes a una curul en las elecciones del próximo año, así como muchos congresistas que votaron por la propuesta estatista están soñando con la reelección.

Los ministros Cateriano y Ortiz quedaron colgados de la brocha, pues hasta el indolente presidente de la República dejó de respaldarlos en la entrevista del domingo pasado.

En suma, se repitió lo de Tía María, Pichanaki, Conga, etc., alimentando las expectativas de otros aspirantes al Congreso y ‘lentejeros’ de toda laya a promover nuevos alborotos en el futuro.

La otra frase que se ha hecho popular en los últimos días es “Chapa tu choro” y castígalo, golpéalo, quémalo o cualquier otra variante. Es una reacción contra la inacción del gobierno y las autoridades ante el desborde de la delincuencia. Pero también es, como se ha comprobado, un intento de medrar con la desesperación ciudadana, dado que la principal promotora de esta alternativa bárbara es también, según informaciones periodísticas, una aspirante a una silla en el Congreso.

Y la cereza que ha coronado el pastel esta semana es la información revelada en estas páginas por Cecilia Valenzuela: la madre del presidente, Elena Tasso, ha obtenido un pasaporte italiano. Ella lo intentó durante muchos años sin éxito, pero cuando su hijo Ollanta llegó al gobierno lo logró. Por supuesto, sus vástagos también tienen acceso al preciado documento. Ulises Humala y sus hijos ya lo tienen y, según Valenzuela, los hijos de Antauro también.

De esta manera, los inventores del etnocacerismo y de la teoría de la superioridad de la raza cobriza apenas llegaron al poder corrieron a la embajada italiana para convertirse en europeos por adopción.

En el enrarecido ambiente que vive el país, la primera conjetura que hacen muchos es que la familia presidencial podría, si se le siguen complicando las cosas, obtener también su pasaporte europeo –al que ahora tienen derecho– y poner pies en polvorosa evitando o haciendo muy difícil una eventual extradición.

Cierta o no esta sospecha, es obvio que esa posibilidad no hace sino reforzar la sensación de naufragio del barco, con la angustiante imagen que el capitán y su consorte están arriando el bote salvavidas.