Unión Civil: "¿Aló Gisela? ¡Contesta Gisela!", por Pedro Canelo
Unión Civil: "¿Aló Gisela? ¡Contesta Gisela!", por Pedro Canelo
Redacción EC

Gisela Valcárcel tuvo dudas en un territorio bélico donde están prohibidos el color gris y el agua tibia. Le preguntaron por la y su discurso fue atrapado por la nebulosa de lo inexplicable. Es cierto que tuvo la claridad de Mario Moreno ‘Cantinflas’ en el juicio final de “Ahí está el detalle”. También es verdad que ni la Chimoltrufia pudo hacerlo peor. ¿Pero acaso estaba obligada a responder? Apenas la ‘Señito’ trastabilló con sus laberintos lexicales fue sentada en el sillón de los imperdonables. Le han dicho de todo: desde homofóbica hasta vedette menopáusica. Es feo que un líder de opinión tenga posiciones difusas sobre temas importantes, pero es peor la ofensa e intolerancia de aquellos hipócritas e inconsecuentes que desfilan disfrazados de dignos agitando la bandera de la igualdad.

Lo más tóxico que le ha podido ocurrir al debate sobre la unión civil es la irreconciliable polarización. ¿Gisela homofóbica? No lo sé, quizá es conservadora o quiere parecerlo. ¿Y qué? ¿Por qué los “mártires de la dignidad” se erizan como pavos reales? Hace un mes escribí sobre la necesidad de información para opinar sobre este tema. Y antes que salten como ninjas a patearme la yugular seré más claro que agua de manantial: estoy a favor de la unión civil. Sí, estoy a favor de que la gente pueda decidir sobre sus vidas, pero en contra de todos los que hacen daño a la que podría ser una sana y civilizada discusión. A favor de la unión civil porque es honesto y justo. Pero en contra de esos “dos caras” que cada vez que opinan convierten al país en Ciudad Gótica.

Nunca me gustó el estilo de Gisela Valcárcel, pero reconozco que es un camaleón televisivo impresionante. Su capacidad de reinvención solo puede ser superada por un personaje de George Lucas o de Peter Jackson.  Jamás tuve afinidad con la sobreexposición a la cual sometió a su vida privada y a sus amores. Gisela me molesta con su vocación por el gran show, pero antes del insulto fácil prefiero apagar el televisor.


Lo más bajo que he visto fue una ilustración de Gisela que se burlaba de su pasado como vedette. Hay que ser muy acomplejado y tener muchas heridas en el alma para atacar de esa manera. ¿Una ex vedette está mutilada de cualquier oportunidad? Muchos en el subconsciente escuchan la palabra ‘vedette’ y su afiebrado cerebro imagina otra palabra. Sí, esa misma. Qué triste.

¿Aló, Gisela? No contesta Gisela. ¿Su silencio afecta al debate sobre la unión civil? Pienso que no. Quienes sí dañan este proceso son los gritones y gritonas que condenan a la homofobia a quienes no piensan como ellos. Ellos sí deberían hacer un culto al silencio. Callados se defienden mejor.