(Ilustración: Giovanni Tazza).
(Ilustración: Giovanni Tazza).
Alfredo Torres

Para quienes siguen la política de cerca, el 2018 ha sido un año increíblemente intenso. Las encuestas de El Comercio-Ipsos nos han permitido registrar, mes a mes, su dramática evolución y cómo quedan sus principales actores al empezar el 2019:

. Las primeras encuestas del año informaban que la mayoría no sabía cómo se llamaba el vicepresidente. Luego de asumir el poder en marzo, empezó su gestión con 57% de aprobación. En tres meses había caído a 35%. Después del mensaje por Fiestas Patrias, en el que tomó una posición firme ante la corrupción y convocó el referéndum, subió a 46%. Saltó nuevamente a 61% cuando rechazó la desnaturalización de su propuesta de bicameralidad por el Congreso. Luego de ganar abrumadoramente el referéndum, terminó el año con una aprobación récord de 66%. Sin embargo, la aprobación a la gestión del Gobierno/Poder Ejecutivo cerró en 35%, una amplia brecha que revela una insatisfacción con el desempeño de la administración del Estado.

La corrupción. Por primera vez en 30 años, la corrupción pasó al primer lugar entre los principales problemas del país, con un 57% en la encuesta de El Comercio-Ipsos de abril, superando a la inseguridad ciudadana. El rechazo se incrementó al estallar los casos de los ‘CNM audios’ y Los Cuellos Blancos del Puerto. En noviembre, el Perú ocupó el primer lugar como el país al que más le preocupa la corrupción en el mundo en la encuesta Ipsos Global Advisor, con un 71%, superando a Sudáfrica y a Rusia, y muy por encima del promedio mundial de 30%. En concordancia con ello, los jueces y fiscales que tomaron acciones decididas en contra de la corrupción se convirtieron en ídolos populares.

PPK. Al salvarse del proceso de vacancia en diciembre del 2017, Pedro Pablo Kuczynski levantó su aprobación a 25%, pero al poco tiempo empezó a caer nuevamente al avanzar las investigaciones de sus vínculos con Odebrecht. La encuesta de marzo registró que su aprobación había caído a 19% y que el 56% era partidario de su renuncia. Finalmente, el 23 de marzo cedió el poder a su hasta entonces vicepresidente Martín Vizcarra.

. Empezó el año con 30% de aprobación y pronto celebró dos victorias que al final resultaron pírricas: la renuncia de PPK y la separación de su hermano Kenji del Congreso, el gestor del indulto de su padre. Para junio, su aprobación había caído al 18%. Cuando le tocó el proceso judicial, ya había dilapidado su capital político. En la encuesta de octubre, el 71% consideraba justificada su detención. La mayoría la consideraba corrupta, a pesar de no haber sido nunca gobierno. El 31 de ese mes se dictaminó su prisión preventiva. Terminó el año con un 14% de aprobación.

. Su autoexilio en Madrid no impidió que las investigaciones por el Caso Odebrecht lo alcanzaran. Asegurando ser un perseguido político, pidió asilo a Uruguay. El gobierno de Tabaré Vázquez se lo negó por considerar que en el Perú hay independencia de poderes. La ciudadanía coincidía con esa posición. El 88% de los informados pensaba que su asilo era un intento de evadir la justicia y solo el 9% que era un perseguido político. García terminó el año con 8% de aprobación.

Luis Castañeda. El elevado apoyo popular del que gozó Castañeda durante sus dos primeros gobiernos municipales le duró hasta mediados de su tercera gestión. Empezó el año con un 40% de aprobación, pero la evidencia de los escasos logros y las múltiples obras inconclusas al final de su período llevaron a que termine sus 12 años como alcalde de Lima con 20% de aprobación.

Jorge Muñoz. Las encuestas registraron al detalle su impresionante atropellada final, que lo llevó del 4% al 14%, y luego al 32% en dos semanas. Finalmente, ganó las elecciones para la Alcaldía de Lima, obteniendo 1,8 millones de votos –el 36% del total– y llevando a Acción Popular a su mayor triunfo significativo desde las victorias de Fernando Belaunde y Eduardo Orrego en 1980.

El ‘outsider’. Hace un año la intención de voto presidencial era de 27% para Keiko Fujimori, 43% para otros candidatos y 27% para ninguno. Es decir, Keiko tenía asegurado su pase a segunda vuelta y la duda era si enfrentaría a Julio Guzmán, Verónika Mendoza u otro. Ahora, las simpatías políticas por Keiko han caído a 10%, la de los demás candidatos potenciales suman dispersos 45% y la respuesta “ninguno” asciende a 44%. La probabilidad de un ‘outsider’ se ha incrementado.

El perfil del próximo presidente dependerá, en gran medida, del avance de los procesos judiciales contra la corrupción. Si estos avanzan con independencia, sancionando a políticos de uno y otro signo, es probable que gane un líder con perfil de honestidad y eficiencia. Si la lucha contra la corrupción fracasa, aumentará la probabilidad de que el ganador sea un líder extremista que ofrezca un cambio radical. En el 2019 se juegan las preliminares del 2021.

*El autor es presidente ejecutivo de Ipsos Perú.