Editorial: Los intocables
Editorial: Los intocables
Redacción EC

Si se le pidiese nombrar los vicios más típicos del Estado Peruano probablemente usted elegiría tres íntimamente emparentados: el uso del aparato público para beneficio del gobernante, la corrupción y la burocratización absurda que impide el avance del país. Pues bien, el actual gobierno ha tenido un notable talento para cultivar los tres vicios en una misma institución, la

Examinemos uno por uno. Primero, veamos cómo dicha institución ha sido utilizada en beneficio del nacionalismo. Como a este partido le faltan militantes, la señora , jefa de la Onagi, habría tenido la gentileza de ordenar a los gobernadores subordinados a su oficina (un batallón compuesto por 26 gobernadores regionales, 160 provinciales, 1.643 distritales y múltiples tenientes gobernadores en decenas de centros poblados) que abandonen sus funciones para realizar tareas de proselitismo político en favor de Gana Perú. Entre ellas, servir como secretarios del , repartir donaciones amablemente entregadas por el Estado mientras visten chalecos que hacen alusión a “La Gran Transformación”, o viajar para servir de portátil del presidente en eventos públicos, como el festejo de su cumpleaños o la conmemoración de la fundación del Partido Nacionalista. 

Es como si alguien en el partido de gobierno hubiese pensado “¿por qué usar recursos propios para realizar actividades partidarias si hay recursos públicos disponibles?”. De hecho, parece mucha coincidencia que se hubiese decidido triplicar el presupuesto destinado a los gobernadores para este año.

Ahora hablemos del segundo vicio, la corrupción. Para todos debería quedar claro que el uso de recursos públicos para fines privados califica como tal. Pero no sorprende que esta práctica sea implementada si al mismo presidente de la República no le causa ningún escozor. Cuando hace unos días se le preguntó por qué se hacía participar a los gobernadores de los eventos partidarios de , él respondió con su muy personal estilo: “Si yo los he invitado, ¿cuál es el problema? [...]. Y la próxima vez que haya una actividad de este tipo también los invito”. 

Con esta complacencia delmandatario frente al mal uso del dinero de los contribuyentes tampoco sorprende la denuncia que hizo el programa ‘’ el domingo: la jefa de la Onagi habría entregado una serie de bienes (desde autos y artefactos hasta dinero) a una militante del Partido Nacionalista en vez de destinarlos, como la ley manda, a fines sociales.

Finalmente, llegamos al tercer vicio, la burocratización absurda que impide el avance del país. En esto la Onagi también ha sido campeona. Desde hace un tiempo esta entidad, basada en una enrevesada y antojadiza interpretación legal, ha decidido irrogarse las facultades de controlar la publicidad comercial. Y, así, ha empezado a exigir a las empresas que quieran hacer cualquier tipo de promoción (como por ejemplo ofertas del tipo ‘2 × 1’ o dar bonos de descuentos en compras) que previamente le soliciten su autorización. Y si no lo hacen, la Onagi puede multarlas hasta con S/.380 mil (que convenientemente se quedarían en la caja de la institución para financiar cualquiera de sus otras ya conocidas actividades).

Uso de recursos públicos para fines partidarios, corrupción y creación de absurda burocracia que se entromete en el camino de los ciudadanos que quieren crear riqueza. Parecen razones suficientes para remover a la jefa de esta entidad, más aún cuando los recursos en cuestión son manejados por una institución que pertenece al , que debería usar todos los medios a su disposición para combatir la delincuencia en vez de para estos despreciables fines.

La señora Dacia Nena Escalante, sin embargo y pese a toda la evidencia en su contra, ha sido respaldada por el presidente y por la plana mayor de Gana Perú. Y el ministro Albán, pese a ser su superior, ha preferido mirar de lado. Probablemente porque sabe que esta fundadora del nacionalismo es, después de todo, una más en la lista de los intocables de este gobierno.