Confiep
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Editorial El Comercio

El 28 de junio, la presentó al presidente su “Agenda país”. El documento, que tiene como propósito plantear alternativas para reencauzar el , consta de 15 capítulos –relativos a la infraestructura, la minería, el mercado laboral, entre otros–, en los que diagnostica una serie de problemas relacionados a la economía peruana y esboza potenciales soluciones.

El documento, como se sabe, llega en un momento en el que nuestra muestra preocupantes indicios de haberse enfriado. En abril, por ejemplo, según cifras del INEI, el crecimiento apenas superó el 0% (fue de 0,02%) y en mayo, como ha adelantado el Indicador Mensual Económico de El Comercio (Imeco), la producción habría crecido apenas 1,3%. Estas cifras definitivamente deben impulsar al gobierno a actuar de manera más determinante y, con ese propósito en mente, echarle un vistazo al texto que nos ocupa no estaría mal.

Si bien las propuestas de la “Agenda país” de la Confiep son variadas, hay unos cuantos puntos que creemos claves para volver a la senda del crecimiento y, además, contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, como la infraestructura, la minería y el sistema laboral.

Con respecto a la infraestructura, el panorama que describe el documento es preocupante. El Perú se encuentra en el puesto 85 de 140 economías en el pilar de infraestructura del Índice Global de Competitividad, la ubicación más baja entre los miembros de la Alianza del Pacífico. Esto se debe, en gran medida, a las carencias patentes en el sector y al dinero que habría que invertir para remediarlas. Según un estudio de la Universidad del Pacífico al que alude la Confiep, para cerrar la brecha para el 2025 se necesitan US$159.549 millones; y para hacerlo solo en lo concerniente a la infraestructura de las carreteras, US$31.850 millones.

Para mejorar la situación de la infraestructura, el gremio señala, entre otras cosas, la importancia de implementar un plan nacional de infraestructura que “priorice y permita la predictibilidad de las inversiones”, así como la de aligerar la burocracia que hoy obstaculiza la ejecución de proyectos.

En lo que respecta a la minería, la “Agenda país” recuerda la importancia de este sector para la economía nacional: representa el 13% de nuestro PBI (Minem) y genera una cantidad importante de empleos. Sin embargo, también se refiere a los proyectos mineros que hoy se encuentran postergados, principalmente por conflictos sociales, como Tía María. En ese sentido, el documento propone evaluar los criterios empleados para los informes de impacto ambiental y los procedimientos de otorgamiento de licencias, así como tomar medidas que permitan ejecutar los recursos del canon adecuadamente en las comunidades y centros poblados.

Asimismo, en lo vinculado al mercado laboral, la Confiep hace hincapié en el problema de la informalidad, que solo en las áreas urbanas supera el 65%, y a la baja productividad de los trabajadores peruanos en comparación con los de otros países de la región. En este punto, el gremio señala como problemas los altos costos en beneficios no salariales, la rigidez del despido y la falta de capacitaciones. Claramente esto alude al reto que, desde hace mucho, el Ejecutivo debió asumir para sacar adelante una reforma laboral harto postergada y sumamente urgente.

Dicho todo lo anterior, queda llamar la atención sobre un punto que el informe de la Confiep pudo abordar con mayor insistencia y que hoy es el origen de la crisis política del país: la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de nuestra institucionalidad. Es evidente que reconocer la importancia de las mejoras institucionales es una tarea pendiente para todos y ello lo debe resaltar el sector privado, señalando así un modelo de crecimiento empresarial lejos del mercantilismo que aún persiste.

En líneas generales, sin embargo, en su “Agenda país” la Confiep discute una gran cantidad de puntos relacionados a todos los sectores que componen nuestra economía, en un momento en el que esta necesita particular atención. No haría mal el Ejecutivo en tener los oídos abiertos a lo que propone este gremio para evaluar la urgencia de los problemas descritos y ponderar la pertinencia de las soluciones planteadas.