La imagen de todo gobierno en lo que concierne a la lucha contra la corrupción es, por razones obvias, un asunto serio. En el caso del que encabeza el presidente Vizcarra, sin embargo, lo serio deviene vital por cuanto se trata de una administración que ha hecho de tal lucha su única bandera fundamental.
Así pareció entenderlo el mandatario cuando decidió prescindir de ministros como Salvador Heresi y Carlos Bruce por asuntos que podían arrojar sombras incómodas sobre el Gabinete, pero nada más. “Por la salud de la reforma del sistema de justicia, he solicitado al ministro Heresi su renuncia al cargo. Los momentos que vive el Perú requieren de acciones firmes”, argumentó concretamente el jefe del Estado el 13 de julio del 2018 en Twitter a propósito de la salida del primero de ellos a raíz de un contacto telefónico, sin delito de por medio, con el exmagistrado César Hinostroza.
Esa vocación de asepsia, empero, no se ha sostenido con respecto al actual titular de Transportes y Comunicaciones, Edmer Trujillo, incluido recientemente en una investigación reabierta por el Ministerio Público por presuntas irregularidades en la construcción del Hospital Regional de Moquegua, en el 2014. En esos tiempos, como se sabe, Trujillo era gerente general del gobierno regional de esa localidad y Vizcarra, su presidente.
La posición del gobierno sobre este particular, expresada siempre por el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, ha ido variando conforme lo fue haciendo también la situación de Trujillo. Así, ha pasado de “debe dar explicaciones” sobre el pago en cuestión (5 de diciembre del 2019) a “en su momento veremos la mejor decisión si es que finalmente el Ministerio Público define la apertura de un proceso” (20 de diciembre del 2019), para –una vez que la fiscalía efectivamente definió lo que Zeballos parecía considerar un punto crítico– llegar a “una denuncia no implica responsabilidad” (8 de enero de este año). Una línea de razonamiento marcadamente contrastante con la que determinó la suerte de Bruce o Heresi.
Un doble rasero que desde hace días llama a preocupación.