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La última burla de Cerrón
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La última burla de Cerrón

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Los líos legales de no son materia simple. Hace un par de semanas, el Poder Judicial rechazó su recurso de apelación para anular el delito de lavado de activos por los presuntos aportes ilícitos a . Apenas unos días antes, un juzgado había autorizado el inicio del juicio oral en contra suya y de otros imputados por presunta afiliación terrorista. Al mismo tiempo, se ratificó la incautación y decomiso definitivo de más de S/1,6 millones en cuentas a su nombre. Según informó este Diario, la Procuraduría General del Estado estimaría en más de S/18 millones el monto solicitado como reparación civil en cinco casos que se le siguen.

Cerrón, por si fuera poco, tiene una orden de captura vigente y lleva ya dos años prófugo. Pero eso no le ha impedido inscribirse como precandidato a la presidencia de la mano de su partido, Perú Libre. Sería esta la segunda elección consecutiva en la que participa de una plancha presidencial. En los comicios del 2021, el exgobernador de Junín era el segundo vicepresidente en la fórmula que lideraba Pedro Castillo, pero fue excluido del proceso por el Jurado Nacional de Elecciones porque arrastraba una sentencia del 2019.

Perú Libre no solo ha permitido que, a pesar de todo lo anterior, Cerrón aspire a la presidencia utilizando su aparato político, sino que además coloque a su madre, Bertha Rojas, como compañera de plancha en la segunda vicepresidencia (la primera la ocupa el congresista por el mismo partido Flavio Cruz). Rojas también enfrenta sus propias investigaciones fiscales.

Ayer en estas páginas criticábamos el uso general de las estructuras partidarias para satisfacer fines personales de sus dirigentes, pero el caso de Cerrón con Perú Libre está a otro nivel. No solo logra el primer lugar de la plancha –sin rivales internos– a pesar de sus numerosas causas fiscales, sino que pone a su propia madre en la única terna de la agrupación, y lo hace todo desde algún escondite y de forma virtual. La desfachatez es evidente. Perú Libre no tiene mayor interés en siquiera aparentar que puede existir democracia interna en la agrupación; ha demostrado más bien ser simplemente una estructura al servicio de Vladimir Cerrón. En vista de los modelos mesiánicos, autocráticos y corruptos a los que Perú Libre siempre ha proferido admiración especial, la verdad es que tampoco debería sorprender demasiado.

Editorial de El Comercio.

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