En la inauguración de la Conferencia de Paz, ocurrida en París, el presidente Wilson dijo que la designación de George Clemenceau para presidir dicho Congreso era un tributo que se rendía a Francia en la persona de su primer ministro. Añadió que Francia merecía esa prioridad por haberse reunido en su capital tan importante congreso y porque ella estuvo sometida a momentos de sufrimiento y tragedia durante la guerra. Lloyd George, a nombre de Inglaterra, se adhirió entusiastamente a las palabras de Wilson. Clemenceau, emotivamente, expresó su gratitud.
H.L.M.