Desde el medio día las calles centrales de Lima están llenas de personas y automóviles. Las tiendas más importantes ofrecen atractivos escaparates. Los tranvías, sobre todo los que hacen el recorrido de Abajo del Puente a la Exposición, subían y bajaban repletos de pasajeros que iban al centro de la ciudad con el evidente propósito de pasear. Los teatros y los cines se han visto muy concurridos en la tarde y en la noche. No hay un programa con diversiones populares como ha ocurrido en años anteriores. Las jugueterías constituyen la principal atracción.
H.L.M.