La población limeña, sin distingos sociales, ha traducido ayer, en una manifestación unánime e imponente, el sentimiento profundo de su pesar por la trágica desaparición de los aviadores militares franceses que vinieron aquí para transmitir al ejército de nuestro país las luces de su ciencia y para acreditar, una vez más, la decisión y el heroísmo de los hijos de Francia. Hace pocos meses el corazón limeño palpitó junto al de los ejércitos aliados al conocerse la victoria en la guerra europea. Hoy ese corazón llora por nuestros amigos franceses.
H.L.M.