El Congreso de Estados Unidos, entre representantes y senadores, cuenta con 531 miembros. En estos momentos de hondo dramatismo, en el umbral de una guerra inminente, el Congreso norteamericano tiene responsabilidades abrumadoras.
Pero se da con la paradoja que el Senado no puede actuar porque once de sus miembros han resuelto obstruir todo procedimiento y evitar la sesión de clausura. Para ello se turnan en el pedido de la palabra y hablan durante horas y horas configurando así lo que llaman “filibusterismo parlamentario”, malas artes, pero no antirreglamentarias.
H.L.M.