Clases, Estado, nación y ratas, por Farinata

Entrevistado sobre los cambios de bancada producidos últimamente en el Congreso, el congresista Daniel Abugattás declaró días atrás que “es tradicional que al cuarto año las ratas abandonen el barco”, y ha insistido luego en que sus palabras no constituyeron un insulto. Así las cosas, aparentemente solo quedaba la opción de interpretar la frase como una referencia a las nativas de cierto signo del horóscopo chino: una opción ciertamente rendidora, pues le habría permitido al legislador oficialista pronunciar también sentencias como “los chanchos tienden a presidir comisiones” o “las serpientes aspiran siempre a un ministerio” sin que nadie pudiera ofenderse demasiado.

Abugattás, sin embargo, ha definido de manera sorpresiva el verdadero alcance de su observación al aclarar que ella alude “a una situación estructural que ocurre en la política a nivel nacional”. Y con ello, el término ‘ratas’ se ha apartado de su habitual sentido coloquial y ha adquirido estatus de categoría académica. Ahora Matos Mar, Julio Cotler y eventualmente hasta el padre Gustavo Gutiérrez tendrán que revisar su obra a la luz de este aporte e incorporar el nuevo instrumento a su análisis de los procesos sociales en el país. ¿Estarán a la altura del reto intelectual o se cobijarán en sus viejas tesis pretendiendo ignorar el fenómeno estructural visionariamente detectado por Abugattás? El Perú demanda de ellos lo primero.