El lobby del peluquero calvo, por Damita de Hierro
El lobby del peluquero calvo, por Damita de Hierro
Redacción EC

En un viejo y retorcido hemiciclo, poblado de progresistas sin moral ni pudor, resaltan tres ángeles guardianes encarnados en congresistas. Me gustaría dedicar este espacio a agradecerles por alzar la voz en defensa de los más débiles, sin temor a caer en la incorrección política ni, ¡oh, ellos nunca!, en el arcaísmo.

Gracias, , por advertirnos que la unión civil, lógicamente, implicaría extender luego inmerecidos derechos al “bisexual, al polígamo” y –se deduce que porque es sencillamente igual a los dos anteriores– también “al pedófilo”. Gracias, , por la lección de coherencia y democracia que nos has dado al defender a las siempre olvidadas mayorías electorales (porque es un “contrasentido” legislar por las minorías), siendo el vivo ejemplo de que se puede estar contra la unión civil y al mismo tiempo querer a los homosexuales (que te “atienden en la peluquería”). Y gracias, , por habernos sabido explicar lo importante que es no dejarnos influir por la marketera “estrategia para promocionar” la unión civil de , quien osa, con todo el poder seductor de su vida privada, inducirnos al pecado.

Gracias, en fin, a ustedes tres, por protegernos de la ideología hechicera que intenta hacernos cambiar de parecer. Toda vez que se intente con tal vileza pervertir nuestras mentes, debiéramos recordar el tuit de nuestra surfista , cuando defendía con fino y certero castellano el derecho inalienable de todo deportista a surcar las olas del mar sin imposición de lobbies, en total libertad: “¡Cada uno puede hacer con su TUBINO lo que quiera! ¡Bienvenido a la Nueva Era!”.