En la lengua familiar del Perú, se califica así al arroz cuyos granos permanecen separados después de la cocción (arroz es un antiguo arabismo del castellano). Lo curioso es que nada tienen que ver con nuestro arroz graneado las cuatro acepciones académicas del verbo granear que señalamos aquí: ‘esparcir el grano’; ‘convertir en grano la pólvora’; ‘llenar la superficie de una plancha de puntos con el graneador, para grabar al humo’; y ‘sacarle grano a la superficie lisa de una piedra litográfica’.